La UE adopta al fin unas sanciones que s golpearn a un Putin al que estamos obligados a hacer frente
Europa ya ha dejado de ser la que era hasta hace apenas cinco das. Y parece que el despertar de esa conciencia por parte de la opinin pblica occidental, as como el innegable impacto que est teniendo el coraje de los ucranianos -contra el que se ha estrellado el plan de Putin de una guerra relmpago- han llevado al fin a los lderes de la UE a dar pasos que pueden redimirnos algo de nuestra propia vergenza. La expulsin del sistema Swift -sociedad para las comunicaciones interbancarias y fi
nancieras mundiales- de varias entidades financieras rusas, junto a acciones como la
congelacin de los activos del Banco Central Ruso
para evitar que el Kremlin pueda compensar con sus reservas internacionales el efecto de las sanciones de los Veintisiete, EEUU y el Reino Unido, son
un castigo que s golpear con dureza a Mosc
. Tanto que un Putin enloquecido e instalado en una irracionalidad que le asemeja a los ms peligrosos dictadores de la historia puso ayer
en alerta a sus fuerzas nucleares
.
Son horas de una preocupacin extraordinaria y sobran los motivos para temer los futuros pasos del Kremlin. Pero, en todo caso, cabe felicitarse de la
unidad
y la
firmeza
que desde el sbado por la noche s estn mostrando los dirigentes comunitarios, toda vez que si algo ha quedado claro con la atroz invasin rusa de Ucrania es que el apaciguamiento, la estrategia de disuasin de puntillas y el miedo a Putin
condenaban al Viejo continente a perder toda esperanza de volver a sentirnos seguros alguna vez
. La asuncin de esta realidad es la que ha llevado finalmente a los pases miembros de la UE que se mostraban ms reticentes a dar luz verde para la expulsin de determinados bancos rusos del mencionado sistema Swift, que s puede tener un efecto devastador para las arcas de Rusia, tumbar el rublo, disparar su inflacin y hacer caer su PIB al menos un 5%.
El discurso histrico ayer en el Bundestag del canciller alemn marca un punto de inflexin en la reaccin ante la locura emprendida por el rgimen ruso. Putin no debera subestimar nuestra determinacin de defender junto a nuestros aliados cada metro cuadrado del territorio de la Alianza, advirti
Olaf Scholz
, quien anunci la
inversin anual de ms del 2% del PIB en Defensa
, as como el envo de material militar a Ucrania. Esto ltimo supone un antes y despus en la poltica alemana, ya que desde el final de la Segunda Guerra Mundial Berln tena autovedadas las exportaciones de equipos letales a zonas de conflicto. Pero es que al canciller no le falta razn al subrayar que hemos entrado en una nueva era con la cada de facto de otro teln de acero. Ante la prdida de la inocencia, los europeos ya no tenemos ms opcin que la de tomarnos muy en serio la necesidad de
reforzar todos los mecanismos que permitan preservar nuestra integridad territorial y esa libertad que hoy est seriamente en juego
.
Ante los movimientos que se estn produciendo, desde Espaa cabe tambin preguntarse por la posicin de nuestro Gobierno, que parece haberse vuelto invisible.
Snchez ha adoptado un perfil tan bajo que nos deja hurfanos del necesario liderazgo ante una crisis de estas dimensiones
. Y no nos puede enorgullecer que furamos uno de los ltimos pases comunitarios en cerrar el espacio areo a aviones rusos o que mientras la mayora de nuestros socios ya han aprobado el
envo de material militar para apoyar a los ucranianos
, Moncloa ayer pareciera seguir resistindose -quin sabe si por presin de Podemos- a mandar siquiera chalecos antibalas. Por no hablar de que el sanchismo est obligado a autoenmendarse y asumir la grave equivocacin que ha supuesto empearse todos estos aos en no cumplir con la exigencia de destinar el 2% del PIB a Defensa como nos reclaman los aliados de la OTAN. Los espaoles merecemos y, a la vez estamos obligados, a una actuacin a la altura de las circunstancias.
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George is Digismak’s reported cum editor with 13 years of experience in Journalism