Saturday, April 20

El campo inunda las calles de Madrid contra las políticas de Sánchez hacia el sector primario


Madrid
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Y el campo inundó el corazón de Madrid en este domingo. Se trata de la última etapa de unas movilizaciones que comenzaron a finales del año pasado y que han recorrido toda la geografía española. Las principales organizaciones agrarias (Asaja, COAG, UPA y Cooperativas Agroalimentarias) han compartido pancarta con los regantes representados por Fenacore (Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España), la Real Federación Española de Caza (RFEC), la Oficina Nacional de Caza (ONC), Alianza Rural y la Unión de Criadores de Toros de Lidia (UCTL). Miles y miles de agricultores, ganaderos, regantes, cazadores, criadores de otros de lidia y otros colectivos del mundo han aterrizado en la capital en más de 1.000 autobuses desde toda la geografía nacional.

Todos ellos han recorrido, desde las 11 de la mañana, la distancia que separa el Ministerio de Agricultura en la Plaza Emperador Carlos V (junto a la Estación de Atocha) hasta el de Transición Ecológica en la Plaza de San Juan de la Cruz. Esta última cartera ministerial está en el punto de mira por polémicas como la protección de lobo, la tarifa eléctrica o la política hídrica. Los organizadores han situado la asitencia en alrededor de 400.000 personas, mientras que la Delegación del Gobierno ha rebajado esta cifra a 100.000.

Entre la cada vez más habitual presencia de tractores por la Castellana, la presencia de animales y el grito de miles y miles de representantes del sector primario. El mundo rural culmina así una serie de protestas, que nacieron como un grito de agricultores y ganaderos contra unos costes de producción desatados (especialmente, por la electricidad y el combustible), pero que posteriormente han ido recogiendo el hartazgo del mundo rural por polémicas como las protagonizadas por los ministros Alberto Garzón y Teresa Ribera, a propósito de las macrogranjas, el lobo y la caza. Además de hacerse eco de las consecuencias de la sequía y, en estos últimos días, tanto del paro de los pequeños transportistas como de los ‘particulares’ tiempos del Gobierno para dar soluciones. Una suerte de ‘plagas bíblicas’, a las que se unen ‘viejos’ problemas como los bajos precios en origen de muchos productos.

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Manida o no, la metáfora de la ‘tormenta perfecta’ se ajusta como anillo al dedo al momento que atraviesa el campo español. Lo que también reflejan las 19 reivindicaciones que recoge el
manifiesto
de esta protesta, que abarcan temas tan diversos como la puesta en práctica de la doble tarificación eléctrica para los regantes – recogida en las leyes de Sequía y Cadena Alimentaria, además de incluida en los Presupuestos de 2021 y 2022- y la exigencia de bonificaciones de un 35% y un 15% en la factura del gasóleo, así como en la de plásticos y fertilizantes. Además de otras peticiones como un Plan Estratégico de la nueva PAC justo (Política Agraria Común), la retirada de la actual protección al lobo; el control de las importaciones de terceros países, la promoción del agroturismo y la retirada de la Ley de Protección y Derechos de los Animales, entre otros puntos.

Las reivindicaciones han llegado desde todos los sectores del mundo rural. El presidente de Asaja, Pedro Barato, ha pedido «respeto por el campo español» y que el Gobierno «no insulte al campo». «Esto no ha terminado aquí. Comienza aquí la defensa del sector primario, o ponen medidas o seguiremos» ha asegurado el líder de la asociación. Otras asociaciones representadas, como la de la caza, han arremetido contra Sánchez, al tildar al Gobierno de «cobarde y entregado a los animalistas», en palabras de Manuel Gallardo, presidente de la Real Federación Española de Caza.

Con total indignación también se ha pronunciado el secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA),Lorenzo Ramos, que ha cargado contra los «especuladores» que se están lucrando con la subida de precios, mientras que Miguel Padilla, secretario general de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), ha expresado su temor ante la escalada de costes, que «puede obligar a muchos agricultores y ganaderos a dejar su actividad y vender sus explotaciones a fondos de inversión».

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Entre los asistentes, diferentes inquinas al Gobierno. Los abucheos han estado presentes a lo largo de la manifestación, ante la falta de ayudas a un campo que se desangra con la espiral inflacionista como puntilla. «Estoy aquí por vosotros, para que podamos seguir llevando alimentos a vuestras casas, si hace falta me aprieto el cinturón» ha expresado Eloy, un ganadero orensano que trabaja en una explotación familiar y tiene un empleado.

«¿Has estado últimamente en una, gasolinera?», han respondido Jesús, Angel y Agustín trabajadores autónomos del campo, de la Alcarria conquense a la pregunta de si se sientes afectados por la escalada de los precios. «Se nos ha triplicado el precio de la gasolina y de los fertilizantes» ha lamentado uno de ellos.

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