Friday, April 19

El Gobierno maniobra en la UE para salvar las trabas de Francia a la entrada de Renfe en su país


Madrid
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El enfrentamiento que mantienen desde hace meses Renfe y la SNCF por la entrada del operador español en suelo francés ha llegado al terreno político. El Gobierno español se ha movilizado y ha llevado a Bruselas las trabas impuestas por la compañía pública gala, que está recibiendo presiones del Ejecutivo comunitario y de otros países miembros para que rebaje sus exigencias a los posibles rivales.

La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, sacó el asunto hace unos meses, y recientemente se lo trasladó a su homólogo francés. Y por si ello fuera poco, esta misma semana mencionó el problema en un evento público organizado por ‘Europa Press’ en el que reclamó que «la responsabilidad de liberalizar la red sea recíproca en todos los países de la Unión Europea, en este caso a nuestros vecinos franceses».

«Hay que ser contundentes, firmes y reivindicativos», abundó.

Pero la titular de Transportes no es la única que está insistiendo. Según ha podido saber este periódico, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, también abordó las trabas de la SNCF en una de sus reuniones con sus pares franceses, que se mostraron sorprendido por las barreras de entrada que denunciaba la vicepresidenta económica española.

Las críticas del Ejecutivo se producen en un momento especialmente delicado para las relaciones entre la SNCF (que en Francia opera al mismo tiempo como una ‘Adif’ y una ‘Renfe’) y la compañía ferroviaria nacional. La decisión de los franceses de romper, a partir de 2023, la alianza que tiene con Renfe para realizar servicios transfronterizos (Barcelona-Lyon-París y Madrid-Marsella) ha enrarecido aún más una relación ya enquistada desde que se planteó la liberalización de la alta velocidad. El espíritu de este acuerdo era que ambas empresas pudieran tener actividad en el país vecino, y su ruptura se produce en un contexto en el que SNCF ya opera en España – a través de su filial de bajo coste Ouigo – pero Renfe todavía no ha podido entrar en el mercado galo.

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La presión sobre la empresa pública francesa también está creciendo a nivel interno. La Autoridad Reguladora del Transporte de Francia, una suerte de ‘CNMC’ gala, ha endurecido su discurso contra el incumbente y, en un duro informe publicado recientemente, reclama a SNCF que permita la entrada de competidores en su territorio.

El regulador destaca que en Francia queda mucho por hacer para «reducir las barreras de entrada y permitir una apertura exitosa a la competencia». Es por ello que propone una serie de recomendaciones, entre las que se encuentra mejorar la transparencia de los accesos a las instalaciones y vías de servicio o acelerar la implantación del sistema de señalización ERTMS, referencia a nivel europeo. Curiosamente, la ausencia del ERTMS en el corredor Madrid-Sevilla ha sido duramente criticada por Ouigo desde que comenzó a operar en España.

En el caso de Renfe, los sistemas de señalización de la red ferroviaria francesa es uno de los mayores obstáculos para operar en este territorio. La firma española ha denunciado públicamente que Francia está demorando la homologación de las unidades que tiene de la serie 100 de Alstom para recorrer la línea entre Lyon y París porque, en teoría, no son compatibles con los sistemas de señalización. Pero desde el país galo tampoco dan soluciones concretas. Renfe espera que la serie 106 de Talgo, que ya están en pruebas, pase los filtros galos con más rapidez, aunque tampoco tiene la certeza de que así será.

De Madrid a París

Todo ello ha puesto en jaque los planes del operador público en un país que cuenta con la segunda red de alta velocidad más extensa de Europa y que considera clave en su estrategia de internacionalización. En una primera fase, que la empresa espera culminar antes de final de año, Renfe daría servicio en el Lyon-Marsella y el Lyon-Montpellier.

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La segunda fase pasa por extender los servicios desde Lyon a París. Y es aquí donde vienen las pegas de la SNCF. La intención de la empresa pública es, una vez colonizada París, poder unir la capital francesa con la española realizando parada en Barcelona. Pero estos planes, por ahora, no tienen un horizonte temporal definido por los obstáculos puestos por Francia.

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