El número tres de Alberto Núñez Feijóo será andaluz. Tras la designación el jueves de
Cuca Gamarra como secretaria general del PP la primera gran noticia que saltó este viernes en Sevilla en cuanto al nuevo organigrama fue el nombramiento del malagueño Elías Bendodo como
coordinador general de la formación. Un cargo que permitirá liberar a Gamarra de trabajo diario en Génova. Pero que, importante, también hace posible a Bendodo seguir cumpliendo su función como hombre clave en el Gobierno regional de Juanma Moreno.
Estaba claro que para la nueva dirección habría un gesto importante con los populares andaluces y que estos tendrían algún tipo de mando en Génova. Era patente, también, que el nuevo modelo del
PP iba a dar mayor relevancia a las estructuras territoriales,
ninguneadas cuando no soliviantadas, por el anterior secretario general, Teodoro García Egea. Y Feijóo y Moreno -que al dejar el primero la Xunta gallega se convertirá con Ayuso en el barón con más poder territorial- han demostrado armonía en las semanas previas al cónclave sevillano.
Pero no solo se trata de afectos. La primera cita electoral en la que se fajará el dirigente gallego serán las autonómicas de esta comunidad. Aunque la legislatura vence en noviembre, cada vez es mayor el runrún de adelanto ‘técnico’, posiblemente a junio.
Las prioridades más urgentes
Es mucho lo que de aquí a nada se juegan los populares, por tanto. Mantener el Gobierno de la tierra que consiguieron gobernar hace poco más de tres años después de 37 de implacable gestión del PSOE es fundamental. Y más exultante inicio de etapa sería un buen resultado que mejorara la
pírrica y desasosegante victoria de Fernández Mañueco en Castilla y León en febrero pasado.
«El PP de España se pone en modo Andalucía ya», fueron hoy las primeras declaraciones públicas de Elías Bendodo tras hacerse pública su elección. Queda claro hacia dónde van las prioridades más urgentes de la nueva singladura del partido, una vez cumplimentada la etapa Pablo Casado.
Por si acaso, el nuevo líder del PP, que será entronizado hoy al fin, no podía elegir a otro que no fuera el político malagueño. Feijóo se lleva consigo, aunque a tiempo parcial, a la mano derecha de Juanma Moreno. O tal vez a la izquierda. Y se explica.
Según se argumentó ayer desde la formación conservadora a la hora de anunciar su designación, al recuperar este puesto se pretende un enlace con las diferentes vicesecretarías, una colaboración activa con la secretaria general y experiencia orgánica, institucional y de gestión. Es, desde luego, un traje a medida.
Trayectoria
Porque el nuevo coordinador general, actual consejero de la Presidencia de la Junta andaluza y portavoz, tiene trayectoria demostrada. Y tanto. Lleva toda su vida dedicado a la política y
en cargos públicos desde el año 2000.
Pero también es un hábil negociador que se ha revelado como la pieza básica del engranaje del pacto con Ciudadanos en Andalucía. El único que no ha saltado por los aires en claro contraste con las fallidas experiencias madrileña, murciana o castellanoleonesa. De tanto engrasarlo, el vicepresidente ‘naranja’ Juan Marín no tiene ningún rubor en confesar públicamente que ya son amigos personales. En Ciudadanos aplauden la «lealtad» con la que ha conducido siempre el acuerdo.
Si las urnas terminaran recogiendo en las andaluzas un resultado que obligara a ponerse de acuerdo con otra formación política, ahí puede estar la solvencia demostrada por Bendodo para tejer y mantener tejidos otros pactos. Próximamente en Andalucía, pero quizás después en los siguientes niveles (como poco habrá autonómicas y municipales el año que viene), en una época en la que los ciudadanos, si no hablan galego, parecen haber desterrado las mayorías absolutas. «El PP vuelve en el peor momento para España; se empieza a construir una auténtica alternativa al Gobierno de Sánchez», dijo también ayer Bendodo.
Perfil moderado
En lo ideológico, el fichaje cobra también todo su sentido. Al igual que su jefe Juanma Moreno, su perfil es moderado, alejado de cualquier tipo de extremo, y no es nada partidario de batallas culturales. Mucho más, por contra, de demostrar con la gestión y el cumplimiento de los compromisos que la política puede hacer gran servicio a los ciudadanos. Así lo hizo también como presidente de la Diputación de Málaga, donde sacó adelante proyectos que el PSOE tenía enquistados desde hacía lustros.
De ascendencia judía, aunque en nada excluyente (sus hijos cursan en un colegio católico), es fiel
creyente de que las mayorías sociales de su partido se cultivan en el centro. Pero eso no quita para que también sea proverbial su contundencia como martillo pilón del PSOE, al que fustiga con ironía cada martes desde el atril como portavoz de la Junta.
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George is Digismak’s reported cum editor with 13 years of experience in Journalism