Wednesday, April 17

Elon Musk, el magnate que se gasta millones de dólares en Twitter, pero no tiene casa y duerme con sus colegas


Nueva York
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El 1 de mayo de 2020, Elon Musk anunció que se convertiría en una persona sin hogar. «Estoy vendiendo todas mis posesiones físicas», dijo en Twitter, la red social que acaba de adquirir por 44.000 millones de dólares. El nuevo magnate de la Red sentenció: «No seré propietario de ninguna casa».

El visionario excéntrico detrás del éxito de Tesla y SpaceX no era el hombre más rico del mundo, pero sin duda le daba para una mansión o dos: entonces, ocupaba el puesto
número 21 en la lista ‘Forbes’ de los más adinerados; el rally bursátil de Tesla, que ha multiplicado su fortuna, solo estaba empezando.

Musk asegura ahora que no iba de farol. «Ni siquiera soy propietario de una casa», dijo hace unos días en una entrevista realizada en la plataforma TED.

«Me estoy quedando, literalmente, en casas de amigos», añadió. «Si viajo a la zona de la bahía de San Francisco, donde están la mayoría de las sedes de ingeniería de Tesla, básicamente roto por los cuartos libres de amigos».

La confesión ‘sin hogar’ de Musk venía después de una pregunta de las que escuecen al multimillonario trascendental con voluntad de cambiar el mundo. El entrevistador, Chris Anderson, le preguntaba por el cabreo de la gente sobre la posibilidad de que alguien pueda acumular la misma fortuna que mil millones de personas a la vez. «Sería muy problemático si yo me gastara miles de millones al año en consumo personal», se defendió Musk. «Pero no es el caso».

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Musk quiere que el mundo le imagine como el colega que se planta en casa durante unos días -lo peor es no saber cuántos-, pide el wifi, se bebe la cerveza que quedaba en la nevera y no encuentra el papel higiénico.
Pero que viaja en su avión privado. «Es que si no lo uso me quedan menos horas para trabajar», justificó en la entrevista.

Las soluciones habitacionales de Musk han sido ventiladas con frecuencia por la prensa, por el propio multimillonario y por su entorno. En 2018, aseguró que dormía en la sede de Tesla, en el suelo, debajo de su escritorio, acompañado de una almohada sin funda. A mediados del año pasado, declaró en Twitter que su «residencia principal» era una casa de 50.000 dólares que alquilaba a SpaceX en las inmediaciones de la sede de la compañía aeroespacial en la costa de Texas.

Algunos especularon que se trataba de una minicasa prefabricada de 35 metros cuadrados. El pasado diciembre, ‘The Wall Street Journal’ publicó que Musk en realidad pasaba la mayor parte del tiempo en algo más acorde con su fortuna de 270.000 millones de dólares: una mansión lujosa a orillas del río Colorado en Austin (Texas). Se la prestó Ken Howery, otro multimillonario, con quien Musk fundó PayPal hace décadas. «Elon no vive en mi casa», respondió Howery tras la publicación. «Se ha quedado de forma ocasional aquí como invitado cuando visita Austin», añadió en algo que se alinea con la última versión de Musk.

Pero también está su novia, la cantante Grimes. El mes pasado, en la misma entrevista con ‘Vanity Fair’ en la que se le escapó que ella y Musk habían tenido un segundo retoño, dijo que vivía ella sola con sus hijos -tiene una relación ‘fluida’ con su pareja-en una casa de 40.000 dólares que calificó de «poco segura». Además, la compositora y cantante afirmó que, cuando vivían juntos en Los Ángeles, ella tenía un agujero en su lado del colchón y su novio, el magnate que ahora es el flamante nuevo dueño de Twitter, se negó a comprar otro nuevo. Más aún, le dijo que trajera el suyo de su casa. Musk es un ejemplo de alguien que no sabe qué hacer con su dinero.

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