Thursday, March 28

España, ocho años con tecnología punta en el este de Europa


Madrid
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Desde 2015 España mantiene una presencia militar constante en el flanco Este de la Alianza Atlántica: ya sea con misiones aéreas intermitentes (Estonia, Lituania, Rumanía y Bulgaria); con un contingente permanente en Letonia; o con maniobras terrestres y navales en Polonia, Rumanía o el Mar Negro.

En estos ocho años casi 5.000 militares españoles han pasado por esas misiones y ejercicios, lo que ha supuesto un salto cualitativo de los despliegues de nuestro país en misiones en el exterior. «Sin el peligro aparente de otras misiones como Afganistán o
Malí,
este tipo de despliegues de disuasión han servido para consolidar nuestro compromiso dentro de la OTAN e implicarnos en una visión conjunta de la seguridad de la Alianza. Mandamos

 un claro mensaje de solidaridad con nuestros países aliados, como esperamos recibir también de los peligros que vienen de la zona sur», manifiesta una fuente militar.

O, en palabras de la propia ministra de Defensa, Margarita Robles, el viernes tras la reunión telemática de líderes de la
OTAN: «España, y eso es importante y quiero remarcarlo, va a seguir asumiendo sus compromisos en la aproximación 360 grados en la que siempre nos hemos movido en OTAN».

Pero más allá de este movimiento geopolítico español –«quién iba a decirme cuando salí de la Academia que un día íbamos a desplegar a 120 kilómetros de la frontera rusa»– estas misiones han servido también para certificar la operatividad de unidades militares con alto valor tecnológico en las Fuerzas Armadas. «Hemos enviado capacidades punteras desde el punto de vista militar para disuadir y defender los territorios del Este europeo durante estos años», recalca la misma fuente consultada.

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Los ejemplos de ese valor tecnológico militar español son palpables tal día como hoy con cazas Eurofighter modernizados y con misiles Meteor desplegados en Bulgaria; carros de combate Leopardo 2E y blindados con misiles anticarro Spike en Letonia; o la fragata F-103 Blas de Lezo con su poderoso radar y sistema de combate Aegis en el Mediterráneo oriental. Se trata de un despliegue actual de alrededor de 800 militares en total.

Bulgaria: cuatro Eurofighter

En la base de Grav Ignatievo despliegan desde febrero y hasta el 31 de marzo cuatro aviones de combate Eurofighter del Ala 14 (Albacete) con 130 militares. Son cuatro aviones de combate modernizados con el paquete P2Eb del fabricante seronáutico europeo del que forman parte Alemania, Reino Unido, Italia y España.

Incluye mejoras en relación al manejo del pod de designación láser y en el dispositivo de detección infrarrojo, pero sobre todo incluye el nuevo misil Meteor que permite alcanzar un objetivo sin entrar en contacto visual con él a una distancia de 100 kilómetros.

Su integración en el caza Eurofighter supone un antes y después para el Ejército del Aire que realiza esta misión de ‘Policía Aérea’ para proteger el espacio aéreo de Bulgaria, cuya responsabilidad se adentra 150 kilómetros en el mar Negro. Tan solo la flota de cazas Eurofighter británica incluye el Meteor. Además de este misil, los cazas españoles vuelan en Bulgaria con misiles aire-aire Iris-T de corto alcance (12 kilómetros).

Carros en Letonia

Desde 2017 España despliega seis carros de combate Leopardo y catorce vehículos blindados Pizarro en la base de Adazi (Letonia), a 120 kilómetros de la frontera con Rusia. Es la primera vez que España despliega carros de combate en el exterior y supone un salto en la potencia de fuego del batallón multinacional que lidera Canadá en ese país báltico. Son 350 militares españoles desplegados allí, siendo la Brigada ‘Guzmán el Bueno’ X, con base en Cerro Muriano (Córdoba) la que lidera en estos momentos el despliegue.

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Además de los Leopardo y Pizarro cabe destacar que España cuenta con misiles anticarro Spike (de fabricación israelí) y morteros pesados de 120 mm., indispensables para una defensa contra una invasión de blindados.

Fragata Blas de Lezo

Por último, el actual despliegue español lo completan tres buques de guerra integrados en grupos navales de la OTAN en el Mediterráneo oriental, sin haber entrado aún en el mar Negro. Son la fragata Blas de Lezo (F-103), el buque de acción marítima Meteoro (P-41) y el cazaminas Sella (M-32).

El primero de ellos destaca por su tecnología al disponer del sistema de combate Aegis y el radar SPY-1D (estadounidenses) que le permite detectar y seguir más de 90 blancos a 500 kilómetros. Es uno de los cinco buques de este tipo que la Armada tiene: «Nuestra joya». Estos barcos llevan un helicóptero embarcado, el SH-60B LAMPS Mk III, dotado de modernos sensores y armas que permiten la detección y, en su caso, el ataque a buques de superficie y submarinos fuera del alcance de los equipos del buque.

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