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Según los líderes de la Federación Rusa, sus Fuerzas Armadas,
han alcanzado los objetivos estratégicos previstos en las primeras semanas de conflicto.
La libertad, peligra en Ucrania.
Según los observadores internacionales y la información ucraniana, las fuerzas rusas encontraron una fuerte e inesperada resistencia los primeros días de su invasión, se enfrentaron a serias limitaciones para mantener su ritmo ofensivo y no han conseguido alcanzar sus objetivos estratégicos.
Todavía hay esperanzas.
Esta situación, sin embargo,
agrava la crisis humanitaria, aumentando el número de refugiados y el de bajas rusas y ucranianas previstas por las fuerzas agresoras de la Federación Rusa.
Durante la caótica fase de negociación, sin participación de la Unión Europea, con posturas anunciadas públicamente por Rusia, la Organización del Tratado del Atlántico Norte y los Estados Unidos de América, en la que ¡no se pudo evitar! la invasión de Ucrania anunciada por Rusia, el número de bajas ucranianas previstas, en los tres primeros días de guerra, rondaban las 25.000 personas.
El gobierno ucraniano anunció el tercer día de la invasión que el número de bajas civiles había sido de 300 muertos y 1000 heridos. El número de bajas militares se estiman en unas 1000 personas en cada bando entre muertos y heridos cada día de invasión y las bajas civiles crecen conforme pasan los días.
La madrugada del 24 de febrero, según las fuentes de inteligencia abiertas, comenzó la invasión de Ucrania y en dos oleadas, durante el primer día, entre cincuenta y cien aviones bombarderos y cazas de escolta, en una operación aérea combinada, atacaron a más de 200 blancos, antes y después de la operación aérea, misiles de crucero actuaron contra infraestructuras críticas y acciones ciber limitaron la reacción ucrania, esto es parte del proceso de «targeting», que con acciones físicas, ciber e informativas-psicológica constituye el núcleo de las operaciones militares del siglo XXI.
La destrucción de estos blancos previstos en el «targeting», según el Presidente ruso fueron 400, dejó, en teoría, sin aeropuertos y sin capacidades logísticas y de mando y control a las Fuerzas Armadas ucranias. Las autoridades ucranianas declararon que habían sido destruidos una treintena de objetivos de carácter civil durante este primer día de invasión.
Como referencia, en el ataque de los Estados Unidos a Irak, al inicio de la invasión, se batieron más de 3000 blancos iraquíes.
Al finalizar el primer día las fuerzas rusas avanzaron dentro de Ucrania y desplegaron elementos de operaciones especiales en su capital, Kiev, para perseguir al gobierno ucranio, intentar capturarlo e influir, de esta forma, sobre la resistencia de su sociedad.
De haber tenido éxito la operación integrada de la Federación Rusa, simultáneamente, se habrían aniquilado las fuerzas armadas, según la estrategia clásica, el primer anillo defensivo de un estado, se habrían inutilizado, ocupado y erosionado, las infraestructuras críticas y la capacidad de resistencia de la sociedad, el segundo anillo, y se habría sometido al gobierno de la Nación, el tercer anillo defensivo del Estado. Se habría ejecutado, así, una acción integrada para influir, de una forma activa y agresiva, sobre el enemigo.
Pero no fue así, y el retraso en conseguir la paralización del estado ucraniano y la rendición de su sociedad, provocó los primeros problemas logísticos de las fuerzas desplegadas que vieron limitadas sus capacidades de munición, combustible y según algunas fuentes, incluso de alimentos.
Mientras tanto en Ucrania, seguían existiendo, en gran medida, fluido eléctrico y comunicaciones y una resistencia cada vez más organizada, pero con grandes limitaciones de armamento y adiestramiento.
Efectivamente, parece que la Federación Rusa que programó su ataque inicial con un concepto «integral», no ha sido capaz de conseguir esa integración entre los dominios actuales de la guerra, las acciones ciber, las informativas-psicológicas y las físicas, fundamentalmente les ha fallado, en el dominio informativo-psicológico, la determinación del valor humano, la dimensión humana de la guerra, tanto en sus filas, con falta de iniciativa y libertad de acción como en la evaluación de la voluntad de vencer del pueblo y gobierno de Ucrania.
El estancamiento de las operaciones ha provocado la evolución hacia la «doctrina Grozni»: asedio de ciudades, evacuación de la población, bombardeos masivos y devastación de las infraestructuras para facilitar la ocupación, unido al proceso de captación de combatientes extranjero utilizando las redes sociales.
Esto, aumenta el riesgo de que Rusia intente iniciar la des-escalada, la gestión del final de la crisis, provocando una situación de conmoción tras utilizar armas de destrucción masiva que obliguen a la negociación, armas nucleares tácticas o químico-biológicas, completando el ciclo de la «doctrina Grozni».
La sorpresa estratégica, de esta «acción militar especial», así denominada por el presidente ruso, ha sido la poca resolución en la campaña de objetivos ciber y físicos (limitada eficacia del «targeting» programado) y, en el dominio psicológico-informativo, las limitaciones del liderazgo en las fuerzas de la Federación Rusa y la capacidad de reacción y resistencia del pueblo ucraniano y de sus líderes que se levantaron entregando «todo por la Patria» de una forma heroica y ejemplar.
La poca resolución de los objetivos físicos, militares y civiles puede haber sido provocada por el interés de la Federación Rusa de limitar su destrucción, considerando a Ucrania una parte de Rusia y buscando ser bien recibida por el pueblo ucraniano.
El limitado liderazgo de los combatientes de la Federación Rusa posiblemente haya sido provocado por la falta de libertad de acción e iniciativa de los altos mandos y mandos subordinados, algo lógico en un régimen autocrático que, por definición, ni favorece ni aprueba la libertad, ni la iniciativa.
La ejemplar y envidiable reacción del pueblo y los líderes ucranianos ponen de manifiesto la importancia de los valores y la necesidad de integrarlos en la conciencia de los individuos y de la sociedad. En nuestra conciencia colectiva.
Rusia infravaloró el valor de los valores.
Este fallo estratégico, que ha condicionado sus resultados operativos, puede cambiar la percepción del poder ruso en occidente y ante sus vecinos europeos y asiáticos y nos debe servir, como lección identificada, para pensar en la importancia de la formación en valores
Como muestra de nuestros valores, si queremos asegurar nuestro futuro en libertad, deberíamos hacer algo más por una Ucrania que, ante nuestra mirada distante y egoísta va hacia una trágica derrota y está demostrando, impotente, la importancia de luchar por la libertad, la justicia y la dignidad de un pueblo.
El mero hecho de integrar nuestras capacidades y prepararlas para actuar ejercería una influencia positiva sobre las acciones rusas en Ucrania, influencia entendida, en este caso, como disuasión y coacción.
De esta tragedia, España, dentro del marco de la Unión Europea, debería tomar nota y asumir como lecciones aprendidas que la formación en valores, la educación de nuestra juventud, la solidaridad, el «todo por la Patria» como el «todo por la Constitución y sus valores», son elementos básicos de nuestra seguridad y de nuestro futuro.
Para Europa y Estados Unidos, si somos realistas, ha llegado el momento de reconocer que Rusia representa hoy una amenaza para Occidente, y tenemos que desmontar su narrativa, justificativa de la invasión, y recuperar la iniciativa que hemos perdido en este conflicto, desde la ocupación de Crimea, tanto en el dominio ciber, como en el físico y psicológico-informativo.
Después de la decepcionante cumbre de Versalles del 11 de marzo, prioridades y urgencias perdidas entre espejos, candelabros y deslumbrantes lámparas colgantes, por los salones palaciegos, Europa tiene que reaccionar ante la tragedia de Ucrania y la criminal libertad de acción de Rusia.
Ha llegado el momento de apoyar a Ucrania, no sólo con armamento y sanciones contra Rusia, sino asumiendo mayores riesgos en favor de la libertad y en apoyo de los ucranianos, para reducir su sufrimiento y el tremendo desequilibrio de fuerzas entre la Federación Rusa y Ucrania, para desanimar a Rusia de futuras aventuras invasivas en el corazón de Europa y conseguir, lo antes posible, el inicio de negociaciones para un acuerdo de paz y el alto el fuego en la zona.
*Fernando García Sánchez es Almirante General (R) de la Armada Española
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George is Digismak’s reported cum editor with 13 years of experience in Journalism