Saturday, April 20

hay solo medio millón de mujeres enroladas en oficios de hombres



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Medio millón de mujeres en una veintena de sectores considerados de hombres. «La botella aún se ve medio vacía y el avance en algunos oficios, en el Ejército, la aviación, las materias científicas STEM y la construcción es aún testimonial», dice a
ABC el profesor del Centro Interdisciplinario de Investigaciones Feministas y de Estudios de Género (Cifex) Jorge García Marín. La razón, explica, es, primero, la «necesidad de
liberar a la mujer de ciertos cánones de lo que significa ser mujer (como la belleza o la moda) y que busquen lo que les gusta». Hay un sesgo de tradición, falta de confianza y de referentes que estarían detrás de que haya aún profesiones
netamente masculinizadas, dice el profesor

 de Sociología de la Universidad de Santiago de Compostela.

Ana Belén Cifuentes (43 años) trabaja en la refinería de Repsol en Puertollano (Ciudad Real) como jefa
Ana Belén Cifuentes (43 años) trabaja en la refinería de Repsol en Puertollano (Ciudad Real) como jefa – ABC

Para la socióloga de la Universidad Complutense de Madrid María Jesús Díaz Santiago, «cambiar los roles de género en las empresas es muy difícil si no se hacen políticas públicas que lo faciliten» y «la segregación ocupacional
de género es todavía hoy, muy importante». «Había ciertos visos de avance, pero por ejemplo las carreras STEM deberían estar a estas alturas con un 25% de población femenina. No solo no llegamos, sino que estamos retrocediendo», destripa.

Aumenta en la FP

En los cursos de Formación Profesional sí se detecta un ligero incremento de trabajadoras en sectores donde siguen subrepresentadas. «Decir que las mujeres han irrumpido en sectores nuevos sería mucho presuponer. Lo que aparecen son cada vez más mujeres en sectores tradicionalmente masculinizados», apunta Díaz Santiago. Aún se cuentan con los dedos de una mano, dice Iraide Olivares, directora del colegio Elorrieta en Bilbao, del IVAC vasco. «Tenemos a
una soldadora que es madre, en busca de una oportunidad, y algunas chicas inscritas, pero los trabajos propios de la construcción o la mecánica siguen copadas por hombres».

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Una de esas alumnas que escogió un grado de diseño y amueblamiento de muebles fue Tamara Maciel, en Pamplona, 24 años. «Si me hubieran dicho que era para ser carpintera, no me habría metido», reconoce. Trabaja con todo varones. «Al principio sí me dio un poco de miedo y apuro. Ahora soy la ‘reinita’ del grupo. Me sigo sintiendo rara cuando la gente se queda mirando cuando estamos los quince operarios en un bar, me ven cargando armarios y colocando puertas y oyes un comentario de ‘machorra’. Me han llegado a preguntar si soy lesbiana por ser carpintera».

Virginia Jiménez, 42 años y minera en el pozo de El Sotón (Asturias)
Virginia Jiménez, 42 años y minera en el pozo de El Sotón (Asturias) – CEDIDA A ABC

Hay muy pocas pescadoras, transportistas, torneras mecánicas, mozas de almacén y fresadoras. Faltan mujeres enroladas en refinerías como Ana Belén Fuentes que trabaja para Repsol en Puertollano y considera que «
los puestos de trabajo no tienen género». No abundan tampoco en actividades extractivas. Virginia Jiménez es de las 300 mineras que quedan en España, 10 en Asturias. A cuatro meses de jubilarse en el pozo de El Sotón, Virginia (42 años) comenta que ha sido complicado conciliar el carbón con ser madre de un bebé de 2 años. «Al final te organizas», afirma. Trabaja para
Hunosa
desde 2006.«Hay diferencias con los hombres sobre todo en la fuerza física, pero no tenemos queja de cómo nos tratan». «Quizás haya tan pocas mujeres ahí abajo por miedo, desconocimiento. Lo peor es la porquería, la humedad, los ruidos y el polvo que soportas. No es fácil».

A sus 60 años, la ingeniera Esther Alia es apoderada de la empresa
Recubremetal.
La metalurgia sí es un oficio de hombres, asume clarividente, y aún hoy «entre un hombre y una mujer, se apostaría por él para un contrato». Pero, infiere, «empieza a ser más atractivo porque ha dejado de ser un trabajo de ‘fuerza bruta’ y es que la mujer siempre tiene un enorme poder de adaptación».

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