Wednesday, April 17

«He matado al papá, a la mamá y a mi hermano con la escopeta»


ELCHE
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Un adolescente de 15 años
mató a tiros de una escopeta de caza a sus padres y a su hermano pequeño -de diez años- porque su madre le castigó sin wifi por sus malas notas escolares, un triple crimen en el domicilio familiar de Elche ocurrido el pasado martes que confesó este viernes con total frialdad y sin remordimientos.

La luz de la farola encendida a media mañana en el chalé situado en la partida rural de Algoda y la luminosidad de las abundantes naranjas del frondoso huerto que rodean la vivienda no dan ninguna pista de la tragedia que se ha vivido en su interior. Excepto por las bandas con las que la
Policía Nacional ha precintado la puerta y la valla.

A pocos metros de esta casa de dos plantas, sin alardes, pero con todos los detalles para vivir espaciosamente y dedicarse a la agricultura, el garaje o cobertizo en el que este chico «tímido» y sin antecedentes violentos -tal como lo recuerdan algunos compañeros de clase en el colegio- apiló uno encima de otro con increíble sangre fría los cadáveres de sus tres familiares tras abatirlos. Y se quedó confinado en casa durante tres días, como si nada, jugando a videojuegos. Incluso, estuvo contestando a los whatsapp que llegaban al teléfono de su madre.

Fue una tía de Santiago, el detenido, hermana de su madre, quien acudió al domicilio este viernes porque no tenía noticias de estos parientes. «He matado al papá, a la mamá y a mi hermano con la escopeta», fue su confesión nítida, en la que también aclaró los detalles de sus razones: «He discutido por las notas», según trascendió de la investigación policial, asumida por la Unidad de Delincuencia Económica y Violenta de la Policía Nacional en Elche, tras el aviso de la Policía Local, los primeros en acudir al escenario del doble parricidio y el fratricidio.

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Ya en la comisaría, los investigadores quedaron sorprendidos porque el adolescente no mostraba los más mínimos remordimientos ni se arrepentía de su terrible acción.

Angelita, una vecina de la familia
Angelita, una vecina de la familia – JUAN CARLOS SOLER

«Se ve que la madre le quitó el móvil y la tablet, y eso le afectó a la cabeza», cuenta Angelita, una vecina cuyo hijo y su nuera conocen a la familia de esta tragedia desde hace años, con un hijo que iba al mismo colegio. Esta jubilada vive a unos trescientos metros y, como el resto de residentes cercanos, no oyó los disparos de escopeta por tratarse de un grupo casas separadas a cierta distancia del lugar.

Según le contó su hijo, que aseguraba tener información cercana a la investigación de fuentes policiales, Santiago mató con arma blanca a su madre y a su hermano, y solo empleó el arma de fuego con su padre, a quien esperó a que volviera del trabajo, a sangre fría. «Pero qué haces», le preguntó el progenitor, cuando ya le había disparado dos veces, aunque Santiago no tuvo piedad y lo remató con una tercera detonación. No obstante, la versión oficial desmiente el uso de más armas que la escopeta.

Sin ir a clase por covid

Al parecer, algunos compañeros de Santiago en el instituto de secundaria público Periodista Vicente Verdú, abierto hace apenas tres meses, revelaron que para justificar su ausencia en clase les dijo que tenía covid y por eso se había quedado en casa confinado.

«No nos esperábamos algo así de Santi», comentó ayer uno de estos estudiantes. Aunque se comportaba de forma «tímida», en cambio sí que era más comunicativo en las redes sociales, donde se mostraba muy activo. Este compañero también aseguró que Santiago siempre había sido «un buen chico» que sacaba buenas notas aunque, efectivamente, había bajado su rendimiento académico últimamente, algo que él mismo achacaba a que le «daba pereza» estudiar. Y ese fue el origen de la discusión con su madre, de 52 años de edad, además de que se negaba a ayudar en las tareas agrícolas a la familia. De hecho, solo hacía dos años que la progenitora había accedido a instalar Internet con wifi en casa, porque era reacia a este tipo de tecnologías. Acerca de la relación con el hermano pequeño, de diez años, Santiago tenía algunas riñas propias de la edad, según el testimonio de sus compañeros de clase, que aseguraron que nunca le pegó.

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El instituto de Secundaria en el que estudiaba el autor de las muertes
El instituto de Secundaria en el que estudiaba el autor de las muertes – JUAN CARLOS SOLER

El padre, Jaime, de 51 años, cultivaba naranjas y granados y también era aficionado a la caza, lo que proporcionó el arma a su hijo para el crimen. Trabajaba en una empresa de mantenimiento de señales de tráfico para el Ayuntamiento.

Un libro que leyó

Una de las lecturas recomendadas en el instituto donde estudiaba Santiago es la novela «La edad de la ira», del escritor barcelonés Nando López, adaptada al cine, en la que un adolescente mata a su padre e hiere gravemente a su hermano, un suceso similar al perpetrado por este estudiante ilicitano. Los investigadores tratarán de esclarecer si este dato es relevante o responde a uma macabra casualidad.

La alcaldesa pedánea de Algoda, Toñi Coves, explicó que conocía a esta familia únicamente de vista, al encontrarlos algunos fines de semana de excursión en bicicleta. Llevaban viviendo en esta partida rural 18 años.

Tras el arresto el viernes, el autor confeso del doble parricidio y el fratricidio va a pasar dos noches en el calabozo especial para menores de edad en la Comisaría de Elche y pasa este domingo a disposición de la Fiscalía de Menores, donde decidirán su internamiento.

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