Actualizado:
Guardar
Hasta hace unas semanas, que se difundiese el temor a un ataque nuclear en territorio español resultaba insospechado, pero el pánico ha cundido, y empresas como Global Protección reciben llamadas diarias solicitando kits completos de trajes antinucleares, máscaras, guantes y botas antirradiación. Los primeros sorprendidos son ellos, declara Alberto Peñaranda, responsable de marketing digital de esta compañía murciana, ya que los clientes particulares nunca habían sido su ‘target’ principal.
Pero la empresa, especializada en la venta de materiales de protección laboral, en especial para la industria química y petroquímica, se ha forajdo en los escenarios más críticos. Su CEO, Francisco Pastor, es un emprendedor que comenzó en una oficina en su garaje. El empujón final que hizo que entrara
en el foco de atención del público se dio con la pandemia, ya que como explica Peñaranda contaban con material para la protección frente al Covid en época de desabastecimiento. Actualmente tienen una cartera de más de cuatro mil clientes repartidos repartidos por España y a nivel europeo, especialmente por Italia, Alemania, Francia o Reino Unido, pertenecientes al sector petroquímico, químico y alimentario. También han llegado a atender a alguna embajada o al gobierno de algún país.
Como especifica Peñaranda «antes del conflicto bélico la demanda particular de material de protección nuclear era prácticamente nula, pero todo cambió con el bombardeo a la central nuclear de Zaporiyia, que han hecho pensar al mundo que lo impensable es posible. Podemos decir, a grosso modo, que las ventas se han multiplicado por nueve». Al día pueden tener más de cuarenta consultas de particulares y empezaron a percibir el temor ante la posibilidad de una explosión nuclear no solo si ocurre en Ucrania y la radioactividad llega hasta la Península, también si se produce en España. Una de las más curiosas que tuvieron fue la de unos ciudadanos que tenían miedo a que bombardearan el cuartel general de la OTAN en Bétera (Valencia) porque ellos viven enfrente.
El responsable de Global Protección asegura que, a largo plazo, el aumento de la demanda podría provocar problemas de estocaje, porque la demanda de empresas también se ha triplicado. «Los materiales que ofrecemos tardan en fabricarse unos dos meses, su ausencia para las compañías supondría una larga espera con unos costes enormes por el parón. Es un escenario imposible para ellos y una crisis de la que no habría antecedentes. Por eso, tenemos una reserva de ‘stock’ y hasta final de año tenemos asegurada la mercancía para nuestros clientes habituales», explica.
Las consultas de particulares llegan generalmente de familias con hijos. Incluso les han llegado a preguntar si disponen de trajes de protección para bebés o niños pequeños.
Material homologado
La máscara que ofrecen es completa. Cubre tanto la zona respiratoria como la ocular, y necesita la incorporación de un filtro P3 para la máxima protección ante partículas radiactivas. El traje es el que se ha visto por televisión durante el Covid en las UCI de los hospitales. Un equipamiento que tiene que cumplir la ley UNE-EN 1073-2, como garantía de homologación. «Sabemos que a los 100 km de la zona cero de una explosión nuclear es muy difícil protegerse de la radiación, pero a 600 km. ya habría una zona de protección para el que nuestros productos están destinados. Y la horquilla de precios de un kit completo va de 250 a 500 euros por persona», explica el portavoz de Global Protección.
En cuanto a la conservación de todo el material adquirido para la protección nuclear Peñaranda aconseja que una vez se rompe el precinto del filtro de la máscara empieza a correr la vida útil del material, por eso el filtro debe ser guardado en una caja hermética, y el traje siempre que sea reutilizable puede ser desinfectado con el mismo material que se desinfectaba las zonas de Covid.
El material también estaría preparado para agentes químicos o biológicos. Mientras atiende consultas a Peñaranda le toca hacer de psicólogo, y asegura que normalmente puede estar treinta minutos con cada potencial cliente particular. Aunque insisten a estas personas en que no deben dejarse llevar por el miedo, han encontrado respuestas como esta: «Las autoridades también nos dijeron en su momento que el Covid serían tres o cuatro casos o que no habría nunca una guerra en Europa, y mira lo que ha ocurrido», «Ante este razonamiento no sabemos qué contestar y aceptamos el pedido», apunta Peñaranda.
www.abc.es
George is Digismak’s reported cum editor with 13 years of experience in Journalism