la lucha del anciano que desafió a la banca

Madrid
Actualizado:22/02/2022 15:28h
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Carlos de San Juan, el jubilado que ha puesto en «jaque» a la banca española, al fin puede descansar. Este valenciano ha demostrado con 78 años que un gesto, si se lucha, puede cambiar el mundo. Gracias a él se ha aprobado un protocolo para avanzar en la inclusión de los mayores y evitar que se vean expulsados por la digitalización en la banca.
Un deseo que nunca hubiera pensado que tuviese este final feliz.

Este médico jubilado, que se ha erigido en la voz de millones de personas en España, propuso medidas concretas a la banca para evitar la brecha digital que se resumen en la presencialidad en las entidades financieras, sin límite horario ni necesidad de contar con cita previa.

Además, reclama atención personaliza a los ancianos, así como la adaptación de los cajeros autonómicos y su reparación inmediata en caso de avería. Todo ello, junto a la necesidad de que se desarrollen aplicaciones más sencillas para realizar gestiones con los bancos.

«A veces, cuando suena el despertador, me despierto pensando si es un sueño», confiesa este jubilado aún perplejo de haberse convertido en un referente en la lucha por visibilizar las trabas tecnológicas a las que se enfrentan cada día la tercera edad. Las
600.000 firmas que Carlos de San Juan entregó a principios de mes al Ministerio de Economía en la campaña ‘Soy mayor, no idiota’ han alcanzado su propósito.

Una lucha que ha dado sus frutos este pasado lunes cuando acudió junto a la vicepresidenta Nadia Calviño, AEB, CECA y Unacc, firmantes del documento, y otras personalidades a la
firma de su propuesta. Sin poder dormir por los nervios, cogió el tren a primera hora para estar en este momento tan importante de su vida y el de que, a partir de ahora, también lo será de muchas otras. «Me sentí con una gran responsabilidad, no me puedo quitar esa satisfacción de que ahora las personas mayores acudan sonriendo a los bancos», explica San Carlos enorgullecido de su hazaña pero con toda la humildad posible. Sus palabras solo son de agradecimiento para los que le han ayudado y dado voz.

Los puntos que él consideraba esenciales en nombre de las personas que no tienen posibilidades económicas para acceder a internet y los ancianos, los ha conseguido todos. La presencialidad en la banca sin límite de horarios y sin cita previa, además de la asistencia externa a los cajeros será una realidad. Aunque algunas entidades como el Banco Santander ya ha ampliado su horario desde el pasado 14 de febrero.

Otros de los logros ha sido que se adapten los cajeros automáticos a todas las edades, en especial, para los mayores, y que se reparen en un plazo medio de dos días cuando sufren alguna incidencia. Además, se crearán aplicaciones más sencillas para ejecutar las operaciones de banca.

No obstante,señala los puntos críticos se encuentran en que serán las propios bancos los que realicen sus propias autoevaluaciones en un periodo de seis meses y en que será una medida voluntaria. Lo que podría ser cuestionable pero que está seguro que aquellas entidades que no se adapten «ya no serán amigables para las personas mayores» y que por ende, sufrirán las consecuencias. Adelanta también, que en unos tres meses «va a existir una legislación» que vele por estos cambios y existirá la figura de Autoridad de Defensa del Cliente Financiero.

«No ha habido ningún perdedor, venció la humanidad y hemos protegido a un sector de la era analógica», dice este valenciano mientras no deja de mirar el minutero del reloj. Tiene poco tiempo entre llamada y llamada, los medios quieren hablar con él después de su batalla, y él no quiere dejar a nadie en el tintero. A todos los considera piezas claves en su éxito.

Agotado pero con esa gran vitalidad que le ha llevado a hacerse un referente confiesa que quiere irse retirando de la esfera pública. «Esta lucha tiene que tener continuidad, pero espero que otra persona sea quien recoja esta antorcha», dice confiante. Sin embargo, por mucho que quiera desaparecer Carlos de San Juan, siempre quedará su nombre en la mente de muchos cuando acudan a un banco, porque «ya no se va hablar de la tercera edad como personas costosas por la jubilación», a partir de ahora volverán a tener el protagonismo que se merecen.

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