Saturday, April 20

la verdad de Ucrania al mundo


Enviada especial a Chernigov (Ucrania)
Actualizado:

Guardar

«Cuando estemos entrando en Chernigov, vais a oír la melodía de la guerra en Ucrania». El comandante avisa del tableteo que van a emitir los neumáticos al rodar sobre los surcos que los carros de combate del Kremlin han dejado en las carreteras. «Y quien necesite algo por el camino, que haga una señal, o mejor un disparo al aire», bromea. Esto promete. Ocho horas más tarde el mismo oficial se encajará casco y chaleco –«Rusos marchaos, que os jodan», tiene escrito en el centro del pecho– para meterse en un sembrado pegado a una cuneta con un fotógrafo del ‘New York Times’ a buscar la carcasa de un proyectil enemigo que, no cabe duda, ya estaba localizado de antemano.

Entre el primer anuncio y el espectáculo final se desarrolla una más de la treintena de ‘jornadas informativas’ que el Ejército de Kiev ha organizado desde febrero para mostrar a la prensa internacional la carnicería indiscriminada contra los civiles, y que ayudan a explicar por qué la victoria del relato es de este país.

El éxito y el formato de las ‘producciones Zelenski’ –retomando el apellido del presidente ucraniano, el comunicador estrella de esta crisis– está siendo inagotable, a mayor gloria de la resistencia de sus tropas frente al agresor. Se lo toman tan en serio como los propios combates, y cuando parece que el programa del día ha terminado, todavía aguarda una sorpresa más en la colina de Shestovytska, una atalaya con vistas 360º sobre su comarca, donde los soldados conducen a los reporteros para exhibir la imponente chatarra calcinada de una quincena de vehículos con matrícula de Rusia. Un camión cocina, con su horno incluido, otro cisterna, otros de transporte, munición de gran calibre, envolturas de raciones de campaña, ampollas de medicinas. «Les atacamos con artillería», concreta una capitán, «¿muertos?… aquí cientos, les emboscamos cuatro veces en este mismo sitio entre el 27 de febrero y el 2 de abril y sabe, ni un ucraniano herido. La gente que vive en las casas cercanas, nada. Indemnes».

Also Read  Is escalation in Ukraine part of the US strategy? | adam tooze
Un hotel en Chernigov, partido en dos por un misil Iskander
Un hotel en Chernigov, partido en dos por un misil Iskander – LLC

Ese es uno de los mensajes-fuerza de este ‘tour’ de espíritu triunfal que discurre a muy pocos kilómetros de la frontera con Bielorrusia y con Rusia, exactamente el territorio a través del que se inició la incursión terrestre que luego se dirigiría rumbo a Kiev sin poderlo conquistar, pero machacando a su paso Bucha o Irpín. Pero antes arrasaron esto, la esquina noreste de Ucrania, una constelación de aldeas que como Novoselivka, con más de la mitad de sus casas sencillas, de pueblo, reducidas a migas, son la letra pequeña de la tragedia. Por eso el Ejército trae cámaras aquí, orgulloso de haber liberado a sangre y fuego a sus compatriotas. «Hemos hecho daño al enemigo que ocupó nuestros hogares y lo hemos hecho con una precisión tan delicada que, cuando hemos atacado un edificio para destruirles, los civiles ucranianos que estaban en el mismo piso con ellos, en la misma planta, no han sufrido nada», gesticula con ruinas de fondo Alexandre, un soldado voluntario de camuflaje hasta la nariz, tan en su papel que parece un actor.

Está clara la intención de las Fuerzas Armadas de Kiev de contrarrestar la mentira de Moscú que más ofende por aquí, esa según la cual la propia Ucrania está masacrando a los ucranianos para victimizarse y concitar así la compasión mundial. En Chernigov, la metrópoli de la zona, el comandante muestra un hotel partido en dos como una V por un misil Iskander. «Llevaba cerrado un año por reformas, pero sostienen falsamente que era un objetivo militar porque aquí instruíamos en secreto a nuestros combatientes extranjeros… Es una de las fotos más famosas, vayan ahí frente al parque a sacarla mejor», invita el oficial, mientras a su vez la capitán desenfunda el móvil y muestra la noticia del Canal Uno de la televisión pública de Moscú que en su día mostró el ataque, pero como si hubiera sido perpetrado por Kiev. Corren por las webs ucranianas rumores persistentes de que la próxima maniobra propagandística de Vladímir Putin va a ser colar a sus medios afines en Mariúpol para, con testimonios y pruebas prefabricadas, simular que el holocausto del sur está siendo en realidad obra de los soldados de Zelenski.

Also Read  Costa Winner Hannah Lowe: 'Should Teachers Write About Students? That question is too categorical' | Books
Un militar ucraniano guía a la prensa por los edificios destruidos
Un militar ucraniano guía a la prensa por los edificios destruidos – LLC

Tercer mes, octavo año

Pero aquí y ahora, en este convoy de prensa, está la verdad y solo la verdad de las Fuerzas Armadas ucranianas. La suya. Para eso lo han organizado. También para incluir que «probablemente, en el lanzamiento de ese Iskander maldito se utilizó como base Bielorrusia», lo que supondría una participación en el conflicto de Lukashenko que nadie aún ha certificado. Se hacen eco los portavoces del Ejército de que hay gente de ese país vecino –«antes tan bienvenidos, ya no tanto…»– que ha destrozado autovías en sus propias provincias para impedir el avance por ellas de las columnas de Putin y que hay hasta bielorrusos queriendo alistarse en las filas de Ucrania para defenderla.

«Se puede entender que para ganar una guerra se dispare a objetivos militares, pero una instalación deportiva… Es una pérdida de dinero, una falta de adiestramiento, de estrategia»

No falta la épica en este periplo. «Este es el tercer mes del octavo año de una guerra de Moscú con Ucrania que tiene tres siglos», proclama el comandante remitiéndose a la anexión de Crimea en 2014, en la que sirvió. La ruta por el escenario de los agravios hace parada en dos bloques residenciales descerrajados a bombas el 3 de marzo –«49 muertos a plena luz del día, la una de la tarde», explican–, unos minutos de escala frente a la sede del edificio de los Servicios de Seguridad, también reventados, o el estadio de fútbol local, que ha quedado para el arrastre. «Se puede entender que para ganar una guerra se dispare a objetivos militares, pero una instalación deportiva… Es una pérdida de dinero, una falta de adiestramiento, de estrategia», ilustra el oficial veterano también en el Donbass en 2015 y 2016, que arremete contra el reclutamiento por parte de Rusia de mercenarios. «Les usan porque nadie quiere venir aquí a luchar, hemos encontrado en los bolsillos de algún muerto dinero de Libia y otros países de África», subraya.

Also Read  More than 700 dairy farms will be able to benefit from aid for the Ukraine war

Antes de abandonar Chernigov, encuentro con el jefe de la Administración Militar, Viacheslav Chaus, que se presenta indicando que es el segundo día desde que se les vino encima el conflicto en que viste «ropa de civil», que hasta ayer llevaba la camiseta caqui. Pregunta: «¿Cómo Zelenski?». No le hace ninguna gracia. Él tiene los datos de la desgracia de este rincón torturado de Ucrania, «alrededor de 500 asesinados, no hay cifra exacta porque siguen apareciendo, un millar de heridos, 40 edificios irrecuperables…»

Ver los
comentarios


www.abc.es

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *