Saturday, April 20

La vicepresidenta Díaz crece y Unidas Podemos cae en picado mientras su proyecto dormita


Madrid
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La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se convirtió en marzo de 2021 por expreso deseo de
Pablo Iglesias en vicepresidenta segunda, y también en la esperanza del voto desilusionado de Unidas Podemos. Desde entonces su popularidad no ha dejado de aumentar; en gran parte de las encuestas está valorada igual o por encima del presidente Pedro Sánchez,
véase el último CIS. La expectación que genera su proyecto electoral hace que en el PSOEse remuevan inquietos en sus sillas. Pero Díaz tiene un desafío: pasan las semanas y, por contra, los datos de Unidas Podemos, espacio que debe encajar en su proyecto, caen. Su candidatura tendrá que reilusionar para que esta base levante el vuelo y conseguir que los partidos que están hoy sean generosos con las formaciones o perfiles que incorpore.

El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), publicado el jueves, señala que la valoración de Díaz es de un 5,36 sobre 10. La única líder que aprueba junto a Alberto Núñez Feijóo (5,20). En marzo, solo aprobaba la vicepresidenta con un 5,23. Está de hecho por encima del presidente del Gobierno, que roza el aprobado (4,65). A la pregunta de a quién prefieren los españoles de presidente, Yolanda Díaz es la tercera: tiene 9 por ciento de apoyos. Por delante están Sánchez, con 22, y Feijóo, 16,4.

Sin embargo, las buenas valoraciones de Díaz no se trasladan a lo electoral; no hay reciprocidad a pesar de que es ella quien lidera a los morados en el Gobierno. El desgaste de la marca es una losa mientras el proceso de configuración de su futuro proyecto se retrasa por la guerra de Ucrania y la crisis de suministros energéticos.
Un posible adelanto electoral en Andalucía
en junio tampoco parece el escenario ideal para ir elaborando esa candidatura. Y mientras el proceso de configuración dormita, Unidas Podemos sigue en caída. No mantiene en ninguna encuesta los 35 diputados de las elecciones de 2019. Por ejemplo, en el CIS publicado este jueves caen al 10,7 por ciento en la estimación de voto, empeoran después de un marzo registrando un 11,8. Es decir, cada vez más lejos del 12,8 con el que consiguieron negociar la coalición con el PSOE.

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La vicepresidenta segunda todavía no ha confirmado si será candidata electoral, porque quiere configurar una plataforma en la que se sienta cómoda. En su equipo reconocen que la marca morada está acabada y trabajan para levantar el vuelo de la alternativa al PSOE. Esto pasará por reconstruir a la izquierda y ampliar las bases con perfiles nuevos e independientes. No se trata de reunir otra vez a Más País, Equo y Compromís, explican; quieren ir a por más: un proyecto «amplio, novedoso, moderno, democrático, diferente…». Para este plan será de buena ayuda la valoración positiva que tiene la vicepresidenta, también entre parte de los votantes socialistas, porque les facilita acercarse a nuevos perfiles de la sociedad civil: profesionales de diversos sectores, sindicalistas y portavoces de colectivos.

Hay más encuestas que reflejan esta situación.
El barómetro de GAD3 para ABC dijo que este abril la nota de Díaz era de 4,6 y la de Sánchez, un 4,2. La vicepresidenta también tiene con esta casa demoscópica el tercer puesto en el ranking para presidir España: un 12,8 por ciento. Por detrás de Feijóo (22) y Sánchez (19,1). De la misma forma, Unidas Podemos pierde escaños: 17 en mayo de 2021; entre 16 y 18 el pasado febrero y pasarían de 26 a 28 en estos momentos. Da igual la decisión que tome la vicepresidenta, ser candidata o no, porque desde que Iglesias la designó sucesora la convirtió en la responsable de lo que le ocurra a la izquierda en un futuro cercano.

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