Friday, April 19

Las incógnitas de la muerte de Teodora, hallada en un paraje en medio del campo a 5 kilómetros de Almonacid


Almonacid de Toledo
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El cuerpo sin vida de Teodora, de 41 años, fue hallado este lunes 4 de abril en un paraje en medio del campo, alejadísimo del casco urbano de Almonacid de Toledo y poco transitado, después de que su marido, José del Carmen, telefoneara pidiendo ayuda. Faltaban veinte minutos para el mediodía. Dijo que ella había quedado atrapada accidentalmente debajo de las ruedas de su coche, un turismo Volvo de color azul. Los dos, peruanos, estaban en un camino humedecido por las últimas lluvias y a cinco kilómetros de esta población de menos de 1000 habitantes. Cuando llegaron los servicios de emergencia, encontraron a la mujer muerta en una posición sospechosa: una rueda trasera del vehículo, la de la zona del conductor, estaba sobre ella.

Además, el coche no tenía daños exteriores. La Guardia Civil detuvo al hombre, de 50 años.

‘Teo’, como la conocían en el restaurante de Almonacid donde trabajaba desde julio, se marchó del local entre las ocho y las ocho y media de la mañana. «Ese día vino antes de lo habitual», recuerdan en el establecimiento Luis 3, situado junto a la autovía de los Viñedos (CM-42), donde se enteraron de su muerte horas más tarde, sobre las cuatro y media. Unos agentes de la Guardia Civil que se personaron en el local se lo comunicaron. «Pregunté si era un accidente y me contestaron que parecía que sí», recuerda un empleado de la gasolinera aledaña.

Horneó pan y bollería

El domingo, Teodora había pedido dos días libres, que la empresa se los concedió, «pero el lunes vino muy temprano por la mañana para trabajar; eran sobre las cinco y media, cuando siempre venía media hora o una hora más tarde», añade un responsable, que va a facilitar en las próximas horas las grabaciones del establecimiento solicitadas por la Guardia Civil.

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«Era una mujer agradable y amable, que trabajaba habitualmente en la cocina», decían sus compañeros del restaurante, donde lo último que hizo antes de morir fue hornear pan y bollería. Teodora era madre de tres hijos, uno de ellos adolescente que vivía con el matrimonio, según los empleados. «El marido era muy tranquilo y también amable», describen a José del Carmen, quien iba a recogerla en el único coche de la pareja. A veces, Teodora acudía al trabajo en bicicleta desde su casa en Mascaraque, una población de unos 500 habitantes que se encuentra a cinco kilómetros del restaurante.

«La primera semana de marzo», recuerda el responsable del establecimiento, ella dijo que quería dejar el trabajo. «Le preparamos los documentos, pero al día siguiente envió un mensaje para decir que no se marchaba; anulamos su baja y continuó con nosotros».

Un camino tortuoso

Después de la llamada telefónica de José del Carmen, a los bomberos de Orgaz, a los sanitarios y a la Guardia Civil les costó encontrar el lugar donde fue localizado el cuerpo inerte de Teodora. Para llegar en coche desde el restaurante, hay que conducir primero diez kilómetros hasta el cementerio del pequeño municipio de Almonacid. Pasado el camposanto, uno debe adentrarse algo más de dos kilómetros por una pista de grava, cruzar un puente para superar las vías del tren y continuar por un camino de tierra bacheado. Es aconsejable circular con el vehículo a menos de veinte kilómetros por hora en algunos tramos para no sufrir sustos. Luego hay que desviarse por otro camino tortuoso durante casi dos kilómetros hasta una señal que indica ‘Finca particular, prohibido el paso’. A doscientos metros de allí por el sendero que sale a la izquierda, y cerca de una loma con olivos, fue encontrado el cuerpo de Teodora. Su marido estaba al lado.

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Este jueves, tres días después del suceso, a simple vista no había rastro de sangre en el suelo de tierra, sólo unas rodaduras sobre la hierba en un margen del camino. Sin embargo, no ha trascendido si José del Carmen pudo matarla presuntamente en otro lugar y llevar el cuerpo hasta allí en el turismo, ya que las diligencias están declaradas secretas.

El hombre va a pasar su primera noche en la cárcel. Esta tarde, la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Orgaz
ha decretado prisión preventiva comunicada y sin fianza para el hombre de 50 años, «tras quedar la mujer atrapada bajo el vehículo», según la nota informativa del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Castilla-La Mancha. Se le imputa de forma provisional como presunto autor de un delito de asesinato con alevosía, con las agravantes de parestesco y de género.

Se le ha suspendido también el ejercicio de la patria potestad sobre su hijo menor de edad, además de la guardia y custodia, sin régimen de visitas. Tampoco podrá comunicarse ni aproximarse al chaval a menos de 500 metros, según la juez, que es competente en materia de violencia de género.

El encuentro con ‘ABC’

ABC se encontró de forma casual este jueves con la familia peruana en el paraje donde fue hallada Teodora. La familia está traumatizada. «Nos ha sorprendido», afirmaba Roberto, hermano de José del Carmen, que iba de copiloto en un coche rojo con el que trataban de llegar al lugar de los hechos. «Vamos buscando el sitio», contaba al redactor de ‘ABC’, ya de vuelta y que paró para preguntarles al ver el vehículo detenido en un cruce de caminos. Roberto llevaba en sus manos un teléfono móvil con una fotografía de archivo publicada en una información sobre la muerte de Teodora. «La imagen no es del lugar donde estaba el cuerpo», le aclaraba el periodista.

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En el coche iban otros tres familiares del matrimonio. Entre ellos, en la parte trasera, una hermana de la víctima mortal procedente de Milán (Italia). Estaban perdidos a un kilómetro del camposanto y ‘ABC’ los puso sobre el trazado correcto. Les facilitó además dos fotografías tomadas unos minutos antes para que llegasen sin dificultad al sendero donde se encontró el cuerpo inerte de Teodora.

Antes de partir, el redactor les contó que José del Carmen iba a ingresar en prisión en las próximas horas y les leyó la nota informativa enviada a los medios de comunicación por el TSJ de la región.

«No sabíamos nada, nos ha sorprendido», repetía Roberto, cabizbajo, cuando ‘ABC’ preguntaba si Teodora había sufrido malos tratos por parte de su marido. «Ellos no venían habitualmente por estos caminos», aseguraba el hermano de José del Carmen, con el que vivía en el mismo domicilio familiar de Mascaraque.

Poco después, el responsable del restaurante donde ‘Teo’ trabajó la fallecida, afirmaba que la empresa ayudará económicamente a la familia del matrimonio, especialmente al hijo menor. «A ella le habíamos dicho que, como estábamos tan contentos con su trabajo, podían venir a trabajar este verano otros familiares suyos a este local o a otros que tenemos en la provincia; su marido, su cuñada…», recordaba su jefe, que añora a Teodora tres días después de su muerte. Un presunto asesinato, según la juez del caso.

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