Wednesday, April 17

Odesa, la monumental ciudad de Ucrania que fundó un militar español y ahora está en peligro de muerte


Odesa, a los pies del mar Negro, es probablemente la ciudad más cultivada de Ucrania. No solo por la memorable escena que ‘
El acorazado Potemkin’ situó en sus escalinatas, sino por sus construcciones decimonónicas, sus kilométricas catacumbas y por haber sido la ciudad más cosmopolita del Imperio ruso. El poeta Aleksandr Pushkin diría de ella que «todo a Europa huele y respira…», y donde se puede hablar francés y leer prensa de todo el mundo.

La localidad ucraniana, hoy amenazada por el Ejército de Putin, no era a principios del siglo XVIII más que una «miserable aldea», según el testimonio del séquito del Rey sueco Carlos XII. Sería en tiempos de
Catalina la Grande cuando

 comenzó su esplendorosa historia. En el verano de 1792, sendas victorias sobre los turcos, imperio en avanzado estado de descomposición, permitió a los rusos tomar la fortaleza de Hadji-Bey, donde se decidió construir una nueva ciudad llamada Odesa. Tan alta responsabilidad recayó curiosamente en un español.

Un español en la corte rusa

El 14 de septiembre, el destacamento de tropas rusas y mercenarios cosacos, bajo el mando del conde español José de Ribas, tomó esta estratégica zona y se puso manos a la obra. Ribas era un aventurero español, hijo de un noble catalán con antiguos cargos en Nápoles, que se alistó muy joven en la Guardia Napolitana y allí conoció a Alexéi Orlov, comandante de la flota rusa en el mar Mediterráneo y hermano de uno de los amantes de Catalina la Grande. El oficial tomó al español a su servicio como ayudante e intérprete.

En Rusia, De Ribas aprendió el idioma del país y se alistó en la academia militar rusa con la etiqueta de «miembro de la nobleza española». Su matrimonio con la hija del ministro de construcciones de la Emperatriz le abrió por completo las puertas de palacio. La zarina asistió a la boda del español con la noble rusa y sería madrina de las dos hijas del matrimonio, Catalina y Sofía. Gracias a su influencia política y a sus éxitos militares, José de Ribas fue ascendiendo en el escalafón ruso hasta el punto de que el poeta inglés Lord Byron se inspiró, en parte, en su vida para su poema ‘Don Juan’.

Also Read  The dangers you face if you take the motorcycle in the rain
José de Ribas en el monumento a Catalina la Grande y los padres fundadores de Odesa.

La conquista de la fortaleza turca y la posterior construcción de Odesa marcaron el cenit del poder del español. El nombre elegido para la nueva ciudad fue el de la
antigua colonia griega de Odessos (Οδησσός), que ya fuera por error o como guiño al poder femenino de la actriz fue cambiado a Odesa. El conde de Ribas coordinó sobre el terreno el germen de la urbe, con una nueva fortaleza y un puerto diseñados por el ingeniero neerlandés Franz de Volán. Los planes incluían solemnes edificios administrativos de sillares de piedra al estilo europeo de la época, aunque no todo pudo llevarse a cabo…

Con la muerte de Catalina, el español perdió su posición política y no pudo concluir la ambiciosa tarea de que aquel fuera el puerto más grande del sur de Rusia. No todavía… El ascenso al trono de Pablo I tras la muerte de Catalina provocó que De Ribas fuese apartado poco a poco de sus responsabilidades y finalmante acusado de malversación. Murió sin haber logrado restaurar su buena reputación y más atareado en conspiraciones que en proyectos reales.

Los ciudadanos se negaron siempre a esta damnatio memoriae y, para renovar su vínculo con el español, en 1994, el gobierno municipal levantó en esa misma vía una estatua en bronce

Odesa, sin embargo, nunca olvidó el nombre de uno de sus padres fundadores. La calle principal de la ciudad, donde se aglutinan las tiendas más elegantes, los mejores restaurantes y hierve la vida urbana, todavía conserva el nombre del militar español, aunque haya sufrido varios intentos comunistas por sustituirlo por otros más acordes con los héroes bolcheviques. Los ciudadanos se negaron siempre a esta damnatio memoriae y, para renovar su vínculo con el español, en 1994, el gobierno municipal levantó en esa misma vía una estatua en bronce en honor al artífice de la ciudad, en la que se le representa con un plano y
una pala en las manos.

Also Read  Russia-Ukraine war: what we know on day 32 of the invasion | Ukraine

La más cosmopolita ciudad del imperio

Durante el siglo XIX, la ciudad se convirtió en un refugio para artistas, científicos e intelectuales de todo el mundo, lugar de veraneo para la nobleza rusa y polaca, y experimento de las más avanzadas innovaciones en cuanto a confort.
Las redes eléctricas, telefónicas, el agua corriente, el alcantarillado, las calles pavimentadas, los hospitales, los balnearios, la Universidad, sus cinco bibliotecas privadas y dos públicas, los museos, la Ópera, los teatros, los cines, el hipódromo y sus muchos hoteles de lujo, cerca de mil cafés y restaurantes, convirtieron a Odesa en todo lo que querían ser, y no todas podían, las grandes ciudades de veraneo de Europa.

Sin embargo, el puerno no era ajeno a las turbulencias de su época. Durante la Guerra de Crimea, en abril de 1854, Odesa fue bombardeada por fuerzas navales británicas y francesas, que lanzaron un intento de desembarco que se estrelló contra la fuerte resistencia de los ciudadanos.

Plano de 'El acorazado Potemkin'
Plano de ‘El acorazado Potemkin’

La pujante ciudad se convirtió en inesperado escenario de la Revolución rusa de 1905, preámbulo de la que una década después liquidó la historia de los Romanov. Las sucesivas derrotas rusas contra Japón atizaron por todo el país a la oposición, que pedía reformas urgentes y acabar con una guerra donde iba «el soldado ruso a la muerte para que el Zar, dueño ya de territorios inmensos, adquiera nuevos dominios en Manchuria y en Corea; para que el Gobierno, después de arruinar con abrumadores impuestos a ciento ochenta millones de hombres, explote a veinte millones de súbditos más», en palabras de un manifiesto obrero que se extendió por Rusia. Una multitud reunida ante el palacio de Invierno fue dispersada a tiros por la guardia del zar en un episodio conocido como el Domingo Sangriento, con más de cien muertos y dos mil heridos.

Also Read  La subida del euríbor acaba con la anomalía de las hipotecas negativas

En Odesa también se reprodujo una revolución de trabajadores, seguida de una atroz matanza de judíos. El famoso largometraje ‘El acorazado Potemkin’, del director Serguéi Eisenstein, relató de manera muy libre el evento, lo que incluyó la famosa matanza en la interminable escalera de piedra de la ciudad. Un episodio que nunca ocurrió, pero que marca la historia de la ciudad como símbolo contra los tiranos de todos los tiempos.


www.abc.es

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *