¿Quiénes mataron a Helena Jubany? Un sospechoso, ante la Justicia 21 años después

Barcelona
Actualizado:18/04/2022 01:22h
Guardar

Tras dos días desaparecida, el cadáver de Helena Jubany se encontró en un patio de luces el 2 de diciembre de 2001. La habían asesinado y arrojado al vacío desde la azotea de un edificio de la calle Calvet d’Estrella de Sabadell. Dos sospechosas ingresaron en prisión provisional unos meses más tarde: Montserrat Careta y Ana Echaguibel. La primera se suicidó en un su celda de Wad-Ras, donde dejó una nota reiterando su inocencia. La segunda quedó en libertad poco después, mientras que un tercer investigado por el crimen, Santi Laiglesia, no llegó a ser detenido.

Todos ellos formaban parte de una de las secciones de la Unión Excursionista de Sabadell (UES), entidad de la que también era socia la víctima.

Además, Careta y Laiglesia, que eran pareja, vivían en un piso del edificio desde donde fue arrojado el cuerpo de Helena.

«Cada vez que estamos cerca de conseguir llegar a la verdad, nos encontramos con un giro de guión y con unos obstáculos que son realmente incomprensibles.
Reclamamos que el asesinato no quede impune», explica a ABC Joan Jubany, hermano de la víctima.

Tras el sobreseimiento provisional del caso en 2005, el empeño de la familia, junto a su abogado Benet Salellas, llevó, en vísperas de prescribir, a imputar a otro sospechoso: Xavier Jiménez, que este 22 de abril tendrá que prestar declaración ante el titular del Juzgado de Primera Instancia 2 de Sabadell, después de que un informe de la policía científica haya avalado que fue autor de parte de los anónimos que Helena recibió semanas antes de morir. Notas que dejaron en la puerta del piso de la joven junto a dos bebidas –un zumo y una horchata–, adulteradas con benzodiazepinas. El mismo sedante con el que la drogaron antes de arrojar su cuerpo desde una azotea, tal y como certificó la autopsia.

Fue la propia familia la que encargó a un perito forense el análisis del disco duro del ordenador de Helena, y así localizaron unos correos de Jiménez que lo relacionaban con los textos que ésta recibió en la puerta de su casa. Uno de ellos hacía referencia a un próximo encuentro de la UES.

«Encontrar esta pista ha permitido que se investigue a una persona sospechosa que desde el primer momento había estado en el foco de la investigación, pero que nunca –hasta ahora–había tenido la condición de investigado», apunta Joan Jubany.

Estos indicios se suman a lo que la propia víctima transmitió a una amiga días antes del crimen: que sospechaba que Jiménez le había dejado los anónimos porque estaba enamorado de ella, aunque no era correspondido.

«Las pruebas apuntan a que hay varias personas implicadas en el asesinato de Helena», señala su hermano.

Y es que a los emails y a la pericial caligráfica que apuntan a Jiménez, se suman las contradicciones en las coartadas de los sospechosos para la noche del crimen. Uno de ellos es Jaume Sanllehí, que modificó su declaración para hacerla coincidir con la de Xavier Jiménez. El otro presunto encubridor es Francesc Macià, de la ‘Secció Natura’ de la Unión Excursionista, quien mantuvo contactos telefónicos con todos sus integrantes para «coordinar» sus declaraciones ante la Policía.

Encubrimiento

Pese a que cualquiera de ellos hubiese sustentado las falsas coartadas de los implicados en el feminicidio,
estarían exentos de cualquier responsabilidad penal, ya que, transcurridos más de 20 años, el juez decretó la prescripción del delito para todos aquellos que nunca hayan tenido la condición de investigados. Es decir, el proceso judicial solo puede prosperar respecto a Laiglesia, Jiménez y Echaguibel.

Por este motivo, la familia de la víctima emplaza a quienes tengan información sobre lo ocurrido a colaborar para poder esclarecer el crimen y evitar así que quede impune.

La emisión del programa ‘Crims’ en TV3 ayudó a romper el silencio sobre este caso, en relación al que, apunta Joan Jubany, siempre ha existido una especie de ‘omertà’. «Tanto los presuntos autores del asesinato como la víctima pertenecían a una de las muchas secciones de la UES, una institución histórica de Sabadell, que no ha sabido hasta ahora posicionarse claramente del lado de Helena. Suponemos que por las propias presiones de los implicados, pero el silencio no ha ayudado a resolver el crimen», señala. Tampoco lo hizo la decisión de la Audiencia de Barcelona que revocó la primera reapertura del caso para investigar a otro de los sospechosos, Laiglesia.

«Para mí ha habido un exceso de garantismo en relación a la investigación. No seré yo quien vaya en contra del garantismo penal, pero pienso que se debe distinguir muy bien entre la investigación y el juicio. La investigación debe poder llegar lo más lejos posible para saber qué pasó con Helena», explica Salellas. «Es una cuestión de humanidad. Es un feminicidio y no podemos permitir que quede impune», subraya la familia.

Ver los
comentarios