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Han pasado ya 60 días desde que Rusia empezó la invasión de Ucrania. Desde el 24 de febrero, la guerra recorre el país dejando un reguero de terror a su paso. Según la ONU ya hay más de 2.000 civiles muertos y más de 3.000 desaparecidos. El Gobierno ucraniano, por su parte, cifra en 24.000 los muertos y en 2.700 los desaparecidos.
Mientras algunas ciudades ven como los ataques de Rusia se alejan, otras esperan a que la guerra llame a sus puertas en un conflicto que no parece tener fin.
Mariúpol, el asedio y la resistencia
Población: 431.859 habitantes. Según Ucrania hay 21.000 civiles muertos y más de 100.000 personas atrapadas en la ciudad.
Antes de la guerra: Mariúpol era un enclave estratégico de Ucrania Conocida como ‘la capital del acero’, su salida al mar de Azov así como su red industrial la hacían fundamental para el desarrollo económico del país.
Su posición también es estratégica en los mapas: se sitúa entre Crimea -anexionada por Rusia en 2014- y el Donbass. Por eso, ya fue escenario de los primeros pasos de la guerra del Donbass de 2014.
Tras el inicio de la invasión: Entre bombardeos y crisis humanitaria,
Mariúpol resiste a duras penas el envite de la guerra. La ciudad, convertida en el gran símbolo de la resistencia contra la invasión rusa, es hoy prácticamente escombros. Mariúpol es hoy la gran línea roja de Zelenski, que ya avisó de que si el Ejército ruso masacraba la ciudad todas las negociaciones terminarían al instante. El pasado jueves 21 de abril, Rusia dio los primeros pasos para rendir la ciudad y ya solo resiste la fábrica de acero más importante del país.
Járkov, o aguantar el primer golpe
Población: 1.433.886 habitantes; 2 millones en su área metropolitana. Según Ucrania hay entre 300 y 500 civiles muertos.
Antes de la guerra: La segunda ciudad de Ucrania era uno de los grandes principales centros industriales del país. Contaba con grandes fábricas de maquinaría y armamento, entre ellos la Fábrica Malyshev, donde se hacían tanques.
Tras el inicio de la invasión: Járkv fue de las primeras en sufrir el ataque del Ejército ruso, que arrasó con plazas, universidades o cualquier rastro de vida cotidiano. Dos meses después, aunque la ofensiva de Rusia se centra ahora en el Donbass, Járkov sigue viviendo entre alertas antiaéreas y bombardeos.
Irpin, un cementerio tras el paso de los rusos
Población: 62.456 habitantes.
Antes de la guerra: Esta ciudad se sitúa apenas a ocho kilómetros de Kiev. Por ello, quizá era uno de esos destinos populares para conocer Ucrania más allá de su capital. En un día cualquiera, no era más que una ciudad residencial entre bosques.
Tras el inicio de la invasión: El paso de las tropas rusas han dejado un rastro de terror y muerte en la localidad. En los últimos días, los vecinos han levantado un cementerio improvisado en una explanada que hoy acoge más de 300 tumbas.
Kiev, la capital recupera el pulso
Población: 2.954.300 habitantes; 3.650.000 aprox. en su zona metropolitana. Según Ucrania, hay 1.311 civiles muertos en la ciudad.
Antes de la guerra: Días antes del 24 de febrero, nada parecía indicar el inminente estallido de la guerra en la capital. Sus calles, como las de cualquier ciudad europea, eran bullicio y movimiento. Nadie se atrevía a vaticinar la magnitud de la ofensiva rusa, y nadie pensaba que de la noche al día
Tras el inicio de la invasión: La capital era el objetivo prioritario tras la entrada de Rusia en Ucrania. La ofensiva se dirigía a Kiev para rendir la ciudad, en lo que sería uno de los golpes anímicos y simbólicos más importantes de la guerra. No en vano Zelenski no ha abandonado la capital y es donde está recibiendo a los líderes internacionales, de Ursula von der Leyen a Pedro Sánchez, que viajan hasta el país. 60 días después del inicio de la guerra, Kiev resiste y aunque los ataques no han cesado, la intensidad poco o nada se parece a la de los primeros compases de la guerra.
Odesa, sigue a la espera mirando al Mar Negro
Población: 993.120 habitantes.
Antes de la guerra: Odesa era el corazón cultural de Ucrania. Inspiró películas y
Tras el inicio de la invasión: La ciudad, símbolo del imperio ruso, ve pasar los días a la espera de que Rusia mueva ficha. Con la vista puesta en el Mar Negro, la joya de Ucrania ve como la amenaza de la guerra no termina de cruzar sus puertas. Sí han llegado bombardeos y ataques con misiles, pero el gran desembarco -el más temido- todavía no se ha producido.
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George is Digismak’s reported cum editor with 13 years of experience in Journalism