Wednesday, April 17

Ray-Ban Stories WayFarer, análisis y opinión



En las Ray-Ban Stories no vamos a encontrar la última tecnología de realidad aumentada orientada al metaverso que Meta tiene en su hoja de ruta. Su propuesta es mucho más práctica y cercana: permitir hacer fotos y vídeos, disfrutar de tu música o atender llamadas sin sacar el móvil del bolsillo.

Meta se ha aliado con Ray-Ban para crear las Ray-Ban Stories para cargar de tecnología los modelos clásicos Wayfarer, Round y Meteor de la firma de gafas y, de paso, explorar nuevas vías de expansión de sus aplicaciones.

Analizamos las Ray-Ban Stories Wayfarer, una de las monturas más populares de Ray-Ban, vitaminadas por la experiencia de dos cámaras frontales y un sistema de sonido camuflado en las patillas que llega por un precio de salida de 329 euros.

Ray-Ban Stories Wayfarer
Dimensiones patillas | Puente | Altura cristal 150 mm | 50 22 mm | 41,2 mm
Almacenamiento 4 GB para 500 fotos o 30 vídeos de 30 segundos
Cámaras Dos cámaras de 5 Mpx para fotos con resolución 2592 x 1944 píxeles | Vídeos de hasta 60 segundos con resolución de 1.184 x 1.184 píxeles
Sonido 2x microaltavoces | Matriz de 3 micrófonos
Batería 3 horas para las gafas y dos cargas adicionales en el estuche
Conectividad WiFi 5 (802.11 ac) | Bluetooth 5.0
Precio 329 euros

Ray-Ban Stories Wayfarer by Facebook por apartados:

Las Ray-Ban Wayfarer clásicas se adaptan a los nuevos tiempos

Cuando uno lee que una gran tecnológica presenta unas nuevas gafas inteligentes no puede evitar la imagen de unas gafas de aspecto futurista con materiales ultraligeros de última generación. En definitiva, algo que nadie se pondría para salir de terraceo o a ir a pasear en un día soleado.

Olvida todo eso. Para empezar, el concepto de estas gafas no se basa en ofrecer solo una montura cargada de tecnología como hacían las Google Glass o un monóculo de realidad aumentada como las Oppo Air Glass.

Meta (anteriormente conocida como Facebook) ha optado por una solución mucho más inteligente apostando por unas gafas de sol en lugar de una simple montura, y dejando el diseño de sus gafas a expertos de Ray-Ban que llevan casi un siglo fabricando gafas de sol e incorporando su tecnología a esa montura.

El resultado son unas gafas de sol que pasan totalmente inadvertidas hasta que le dices a quien tengas delante que llevas dos cámaras en la montura de tus gafas. Solo en ese momento se dan cuenta de que lo que han tenido delante durante un buen rato no son unas gafas de sol convencionales.

Ray-Ban tampoco se ha arriesgado con este producto apostando por la montura Wayfarer, un clásico presentado en 1953 que se ha convertido en las gafas de sol más vendidas de la historia. Las Ray-Ban Stories también están disponibles con otras dos monturas clásicas Ray-Ban Stories Round y Ray-Ban Stories Meteor.

El diseño de las distintas variantes se mantiene fieles a los modelos convencionales, salvo por algunas modificaciones necesarias para integrar el hardware. Lo más evidente son las dos cámaras en los extremos superiores del frontal, unas patillas algo más anchas que las del modelo original y un peso de 50 gramos.

Las Ray-Ban Stories Wayfarer están disponibles en 10 acabados en los que se combinan monturas de distintos acabados y colores con tipos de cristal polarizado de diferentes tonos, cristales fotocromáticos que se oscurecen o aclaran en función de la luz o como no, la opción de añadir cristales graduados.

Cuando examinas las gafas con más atención empiezas a descubrir detalles como un LED blanco situado junto a la cámara derecha que se enciende para indicar a quien tienes delante que la cámara está funcionando.

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Sobre la patilla derecha se encuentra el botón de disparo que activa tanto la grabación de vídeo como la captura de fotos. Esta ubicación y su tamaño nos ha presentado algunos problemas con pulsaciones involuntarias al quitarnos o ponerlos las gafas, activando la grabación de vídeos o tomando fotos.

La parte externa de esa misma patilla es en realidad una superficie táctil que sirve de control para la música, cambiar de canción o ajustar el volumen del audio que se reproduce desde unos discretos microaltavoces ubicados cerca de las orejas en el borde inferior de cada patilla.

Integrado en la bisagra de la patilla izquierda encontramos el interruptor de encendido, y en la misma zona del lado derecho el LED de estado que te permite, mirando de reojo, ver si estás grabando, si se han encendido o si se están emparejando con el smartphone.

Las cámaras del frontal no son especialmente reducidas ni discretas como las que podríamos encontrar en portátiles o móviles, y sustituyen al remache decorativo del modelo original. Tal vez, eso de esconderlas a simple vista funciona. Por todo lo demás, son unas Ray-Ban convencionales que no llaman especialmente la atención.

Junto a las Ray-Ban Stories se incluye una funda de transporte algo más voluminosa de lo habitual. El motivo es que este estuche, además de proteger las gafas cuando no las usas, permite cargar su batería. El estuche se carga mediante un cable USB C incluido en la caja.

Las Ray-Ban Stories nos han aguantado unas cuatro horas de uso de media, dependiendo de si usas más las cámaras o solo reproduces audio y teniendo en cuenta que si las usas en ciudad vas a tener que subir el volumen.

Las gafas de Ray-Ban y Meta necesitan 1 hora para recuperar la carga en su estuche y este proporciona unas tres cargas adicionales. La carga completa del estuche ha tardado 3 horas.

Fotos y vídeos con vista subjetiva y sin manos que dejan un audio sorprendente

Una de las principales funciones de las Ray-Ban Stories es hacer fotos y vídeos desde las dos cámaras de 5 Mpx integradas en la montura con la inmediatez que supone no tener que sacar el móvil del bolsillo, abrir la app de cámara y tomar la foto.

Basta con pulsar una vez el botón de la patilla para que las gafas empiecen a grabar o mantener una pulsación prolongada para hacer una foto y las gafas emitirán un sonido de advertencia y se encenderá un LED de color blanco junto a una de las cámaras.

Otro tema es la calidad de las fotos y vídeos resultantes. Las cámaras entregan unas fotos con resolución de 2.592 x 1.944 píxeles en las que la composición de las fotos dependerá en gran medida de la pericia del usuario.

Ni Meta ni Facebook han dado demasiada información sobre estas cámaras, pero en realidad, todo el peso de la captura de fotos y vídeo recae sobre la cámara derecha. Suponemos que la cámara izquierda se emplea en la toma de información de la luz y profundidad, porque al taparla no se produce ningún cambio visible en la imagen.

No es fácil conseguir una foto bien nivelada cuando no tienes una referencia visual del resultado y tienes que confiar en que tu cabeza se encuentra alineada con la foto. Además, es importante estarse muy quieto durante la captura para conseguir una foto sin trepidación.

En general, el sistema de estabilización hace bien su trabajo y al mantener el foco al infinito hace que todo esté enfocado, aunque por ello se pierde ese efecto cinematográfico que aporta el desenfoque del fondo o de los planos por delante del objeto.

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En términos de calidad obtenemos unas fotos equivalentes a las de un smartphone de gama media baja. Los colores están bien tratados, aunque el HDR presenta algunos problemas en determinadas situaciones complicadas de luz, como acostumbra a suceder en los móviles de gama de entrada.

Algo similar encontramos en el apartado del vídeo. Los colores son vivos sin sobresaturarlos en exceso y aplica una estabilización digital eficiente que hace que la imagen sea más fluida, pero que se deja notar en la resolución final del vídeo ya que necesitará aplicar un recorte digital más o menos agresivo.

Es un procesado de imagen muy orientado a las redes sociales, sobre todo Instagram o Facebook por el formato de imagen resultante. El rendimiento con poca luz cae y el ruido hace su aparición. Probablemente por tener un sensor demasiado pequeño y una apertura demasiado alta, responsable de que toda la escena quede enfocada por igual.

En definitiva, las Ray-Ban Stories dan respuesta a la inmediatez de tener una cámara siempre lista para captar lo que está sucediendo, pero no podemos esperar unos resultados de la misma calidad que obtendríamos con la cámara del móvil.

El sonido es uno de los apartados más sorprendentes de las Ray-Ban Stories. Cuando contaba a mis amigos y allegados que lo que llevaba puesto no eran unas gafas convencionales lo primero que hacían es entrecerrar los ojos y acercarse para fijarse mejor en las cámaras del frontal.

Sin embargo, cuando se las probaban y, sin previo aviso, empezaba a reproducir música desde Spotify, sus ojos se abrían como platos por la sorpresa de sentir como la música envuelve tus orejas con una calidad más que correcta para tratarse de unas gafas.

Obviamente no podemos comparar el sonido abierto que se proyecta desde los microaltavoces integrados en la patilla con el de unos auriculares in-ear en el que el sonido se inserta directamente en el conducto auditivo.

Al ser un sonido más abierto, los bajos no tienen tanta presencia y el rango de frecuencias es algo más reducido. El ruido ambiental juega muy en contra de este sonido abierto ya que, en entornos algo ruidosos, como el tráfico de la calle de una gran ciudad, te obligará a usarlas a máximo volumen.

Las Ray-Ban Stories permiten atender llamadas sin sacar el móvil del bolsillo. Basta tocar la zona táctil de la patilla derecha para descolgar o colgar la llamada y los tres micrófonos incorporados se encargan de captar la voz.

En este caso, sucede lo mismo que con la música: en entornos más o menos silenciosos la calidad de audio de la llamada es buena en ambos extremos, pero en ambientes más ruidosos o con viento la cosa se complica y no se consigue tan buena calidad.

Facebook View como único gestor que corta las alas a su potencial

Toda la operativa, controles y permisos relacionados con las Ray-Ban Stories se concentran en la app Facebook View que debe estar instalada en un smartphone Android o iPhone e iniciar sesión con una cuenta de usuario de Facebook.

El móvil debe mantenerse sincronizado con las gafas y dentro de la cobertura Bluetooth para transmitir el audio o enviar las fotos y vídeos desde los 4 GB de memoria interna de las gafas a la app.

En este sentido, la app actúa como una galería de imágenes convencional desde la que se pueden seleccionar las fotos y vídeos para descargarlos en el smartphone y subirlos a las redes sociales o editar las fotos y vídeos creando montajes o aplicando filtros o efectos.

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Tocando sobre el icono de la cuenta de usuario, se accede a la configuración de las Ray-Ban Stories desde donde se ajustan las opciones de privacidad, el funcionamiento de las gafas y la activación del asistente de Facebook para utilizar controles por voz con las gafas.

Por el momento, este asistente es bastante limitado y no acepta más que algunos comandos en inglés que permiten hacer fotos con el comando “Hey Facebook, take a photo”, hacer vídeos, controlar la reproducción de la música y el volumen, desaprovechando la oportunidad de abrirse a otros asistentes con mayor desarrollo.

Facebook View actúa como embudo para todo el contenido que se genera desde las gafas, limitando su potencial para que otras apps las usen más allá de reproducir la música de Spotify como unos auriculares Bluetooth convencionales. Sinceramente, nos habría gustado poder emitir en directo en Instagram o Facebook, pero no es posible por limitaciones de hardware y privacidad.

Facebook vuelve a chocar contra el muro de la privacidad dejando una experiencia de uso muy limitada

La apuesta de Meta no es tanto en el hardware de las gafas como en su software, y es ahí donde encontramos el gran elefante en la habitación: ¿Dónde queda la privacidad, tanto del usuario como de quienes le rodean, en un producto con unas cámaras tan bien integradas que pueden pasar totalmente inadvertidas?

La polémica de la privacidad con las gafas inteligentes no es nueva. Las Google Glass o las Snapchat Spectables abrieron camino estableciendo unos límites de uso ético y legal que, la discreción de las Ray-Ban Stories pueden traspasar sin demasiados problemas, dejando esa responsabilidad en manos del usuario. ¿Qué puede salir mal?

Tras las polémicas de Cambridge Analytica y sucesivas filtraciones de datos de usuarios de Facebook, tal vez Meta no parte con la mejor reputación para confiar algo tan sensible como las condiciones de privacidad del contenido generado desde unas gafas que ven todo lo que tú ves.

A pesar de todo, y olvidándonos de la empresa que hay detrás, las Ray-Ban Stories son una de las mejores aproximaciones a lo que debería ser unas gafas inteligentes: un dispositivo discreto que aporta una experiencia adicional que no puede conseguirse con el dispositivo “no inteligente”.

Ray-Ban y Facebook se han unido para crear Ray-Ban Stories, unas gafas inteligentes que pueden capturar fotos y vídeos desde su pareja de cámaras frontales de 5 Mpx y reproducir audio desde el smartphone con buena calidad, y todo ello sin renunciar al estilo clásico de las gafas de sol Ray-Ban Wayfarer.

Las Ray-Ban Stories tiene mucho margen de mejora y no son unas gafas de sol para todo el mundo (más allá de ser un producto muy curioso) por estar orientadas a un nicho muy concreto por las limitaciones de sus prestaciones. Los 329 euros que cuestan las Ray-Ban Stories Warfarer que hemos analizado también las hacen algo más exclusivas.

Sin embargo, para creadores de contenido o entusiastas de las redes sociales que quieran prescindir de sus cámaras de acción para apostar por algo más discreto y cómodo de usar, las Ray-Ban Stories me parecen la mejor alternativa, y además aportan el estilo y la calidad de unas gafas de sol Ray-Ban convencionales.

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