Friday, April 19

Rodrigo Chaves, el populista que pondrá a prueba la democracia de Costa Rica


Corresponsal en Managua
Actualizado:

Guardar

Rodrigo Chaves llegó de la nada y se convirtió en el presidente de la democracia más sólida de toda una región. Lo hizo con un discurso agresivo, frontal, sembrando dudas de lo que publican los medios de comunicación y señalando a la clase política tradicional de provocar sufrimiento y hambre. Su discurso aterriza en una sociedad acostumbrada a la moderación y alejada de las prácticas autoritarias en Centroamérica, una región cuya historia está plagada de caudillos y dictadores. Pero en las profundidades de ese país también se guardan resentimientos y furias que han provocado la llegada de un paracaidista que augura un cambio radical.

Chaves –60 años, economista de profesión y exministro de Hacienda– se convirtió el pasado domingo 3 en el presidente número 46 de la nación más próspera de las siete repúblicas centroamericanas.

Lo hizo en una segunda vuelta, con el 52,84 por ciento de los votos. Su partido, Progreso Social Democrático (PSD) –fundado en 2018–, derrotó al añejo Liberación Nacional, encarnado en la figura de José María Figueres Olsen, quien fue presidente entre 1994 y 1998, y es hijo de otro presidente y miembro de una familia poderosa y anquilosada en la política. La victoria de Chaves no pudo haber sido más simbólica: un antisistema aniquila en las urnas al más tradicional de todos los candidatos.

«Si ustedes ven, son los mismos de siempre… cuarenta o cincuenta años en el poder. Yo le digo a los indecisos que hay que votar por nuestros anhelos y nuestros sueños», dijo un mes después de las elecciones celebradas el 6 de febrero, en las que participaron 25 partidos políticos y el voto se fragmentó tanto que ninguno de los aspirantes superó el umbral del 40 por ciento para ganar la elección.

Chaves solo obtuvo el 16,78 por ciento de los votos, mientras que Figueres lo superó con el 27,28. Así que ambos terminaron de disputarse el poder en la segunda vuelta llevada a cabo el 3 de abril.

Also Read  How to take a sabbatical even if your company doesn't offer one

Poner a la gente a legislar

A pesar de que Chaves obtuvo la presidencia, su mandato no cuenta con legitimidad de origen. La Asamblea Legislativa, que también sufrió una configuración en esa elección, está dominada por Liberación Nacional. El PSD tiene diez escaños. La negociación con los adversarios se proyecta como el único camino para gobernar, salvo que el nuevo presidente se proponga cumplir una de las declaraciones más polémicas que hizo en su campaña. Dijo que pondría a la gente a legislar.

«Le vamos a decir a la Asamblea Legislativa que el artículo 9 de la Constitución Política dice que el soberano y la ciudadanía tienen el poder de la patria, y que el resto de poderes son los órganos administrativos que lo ejercen. Entonces, si no legislan las cosas que el país necesita, vamos a poner a la gente a legislar a través de referéndum», dijo en el programa ‘¿Por quién voto?’ de la televisión local.

La
Nicaragua de Daniel Ortega y
El Salvador de Nayib Bukele son los principales ejemplos en Centroamérica de un autoritarismo con tintes populistas que se expande por la región. De hecho, Bukele llegó al poder acusando a «los mismos de siempre» de mantener en la miseria a la población. También capitalizó esa rabia, ese desdén hacia los partidos políticos que durante treinta años competían en una carrera de relevos mientras la violencia crecía y alcanzaba índices estratosféricos. El Salvador llegó a tener en 2015 más de 103 homicidios por cada cien mil habitantes.

Desde fuera, Costa Rica parecía inmune a esos encantos. Pero la pandemia, sumada a los problemas de corrupción y a una creciente desconfianza hacia las instituciones sirvieron de caldo de cultivo para la construcción de un discurso como el que Chaves abanderó a lo largo de su campaña.

Also Read  “You give them very little and they appreciate it a lot”

«Tenemos a una población excluida mayormente en las costas. Esto ha dado al traste con el sistema institucional, porque la ciudadanía ha visto que cualquier partido que llegue al poder no le beneficia en nada. Por lo tanto, ha causado un desinterés por los partidos políticos, un mayor abstencionismo y en las últimas elecciones una radicalización hacia las posturas con populistas, como sucedió en la reciente campaña», explicó a ABC el politólogo costarricense Gustavo Araya.

Voto contra el Estado

Según Eugenia Aguirre, analista costarricense, la victoria de Rodrigo Chaves también puede ser leída como la manifestación de un voto en contra del Estado y de las figuras que representan la corrupción y lo tradicional. «Él se ha definido como un pragmático. Se estima un gobierno y un equipo muy tecnócrata, más que de confianza y de articulación política. El reto es mayor y la apuesta es muy arriesgada», agregó.

A pesar de que Chaves pueda considerarse a sí mismo como un antisistema, la polémica roza lo personal. Antes de ser la sorpresa de la campaña electoral, trabajó durante treinta años para el Banco Mundial, puesto que abandonó después de dos denuncias que realizaron funcionarias de la institución multinacional. ‘The Wall Street Journal’ difundió la información que aparecía en un informe redactado en el que se recopilaban los testimonios.

Según el documento, las acciones de Chaves consistieron en «miradas lascivas, intentos de besos, invitaciones no deseadas a hoteles y vacaciones, preguntas sobre relaciones personales y comentarios sobre la apariencia física a media docena de mujeres, incluidas empleadas bancarias, subordinadas y consultoras».

El presidente electo, que tomará posesión el 8 de mayo, respondió a esas acusaciones asegurando que su liderazgo es «mucho más consciente y sensible de las situaciones que enfrentan a diario las mujeres en sus diferentes entornos», y que también «hay pequeños pero poderosos grupos que tienen miedo del crecimiento que hemos tenido en las últimas semanas y les da temor que Rodrigo Chaves llegue al poder, a poner en orden el caos en que está sumido este país».

Also Read  Deadly severe storms batter South, tornado reported in Alabama

Los costarricenses no lo tenían fácil. El principal oponente, Figueres, tenía serias acusaciones de corrupción. «Costa Rica prefirió a un acosador que a un corrupto. Es muy fuerte esto, pero así se lee», agregó la analista Aguirre.

El rostro más suave

La noche del 3 de abril apareció ante decenas de seguidores un Chaves con palabras suavizadas, acentuando las contradicciones de alguien cuyo bosquejo no está bien dibujado. «Envío mi reconocimiento a don José María Figueres Olsen y a todas las personas que votaron por él. Lo felicito por su hidalguía. Le pido, le ruego muy humildemente que trabajemos juntos, para hacer posible lo que él mismo llamó el milagro costarricense», dijo ante los medios de comunicación. La sala se llenó de vítores y aplausos.

«Esta misma noche guardemos las banderas partidarias, que fácilmente nos pueden dividir y nos confrontan. Les pido muy humildemente que nos unamos todos bajo el azul, blanco y rojo de nuestro símbolo patrio». Ahora los aplausos fueron acompañados de una consigna: «¡Se oye, se siente, Rodrigo presidente!».

Chaves levantó la mirada del papel, se llevó sus dedos a los labios y envió un beso. Era otra persona, muy alejada de la hostilidad de la campaña que tanto lo caracterizó. Las miradas lo siguen de cerca, pero no hay duda de que las cosas empiezan a cambiar en una Costa Rica que ha creído en las palabras de un hombre que promete salvarla de todos sus males.

Ver los
comentarios


www.abc.es

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *