Friday, April 19

«Rusia lleva años preparándose para esto»



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El peligro de sacar un libro sobre la guerra de Ucrania en medio de la contienda es que, como los planes de Putin, la actualidad lo convierta en papel mojado al día siguiente de llegar a las librerías. El que no arriesga no gana. Para solventar este pequeño gran riesgo, el medio de noticias sobre geopolítica
‘Descifrando la guerra’
, con miles de seguidores en redes sociales, ha buscado en su primera obra, ‘Ucrania: El Camino hacia la guerra’ (La Esfera de los libros), irse a las raíces del conflicto. Bucear en lo que no va a caducar: la causas históricas del largo enfrentamiento entre Ucrania y Rusia.

«Está claro que la primera operación ha fracasado, pero en la guerra a veces no es lo primero lo que te funciona.

Si Rusia consigue reorganizarse en el Donbass e inutilizar al ejército ucraniano, puede cambiar todo», advierte Alejandro López Canorea, antropólogo, analista de política e internacional y uno de los coordinadores de ‘Descifrando la guerra’ que ve razones para la esperanza rusa donde otros solo ven un amasijo de carros de combate calcinados. Su libro sale
a la venta el 20 de abril (ya está en preventa) con el objetivo de estudiar la textura del conflicto y responder a la pregunta de qué pasara luego, qué ocurrirá cuando las bombas callen y el mundo tenga que reorganizarse.

Portada del libro.
Portada del libro.

–¿Cuál es la verdadera razón detrás de la invasión?

–Pues el objetivo de la invasión es bastante diferente de lo que fue la operación de 2015. Rusia apostó rápidamente por una anexión de Crimea, pero no hizo lo mismo en el Donbass. Sus objetivos con Ucrania han ido variando. Lo primero era asegurar lo esencial, que era la flota del Mar Negro y por eso se anexionó Crimea. Ahora, según ellos, querían ayudar al Donbass, pero no parece que ese sea su objetivo, sino una Ucrania neutral, una Ucrania desmilitarizada y más allá de eso, una Ucrania fuera de la OTAN.

–¿Es Ucrania un país con las manos manchadas en el Donbass, como defiende la propaganda rusa?

–Es verdad que Ucrania ha estado discriminando sistemáticamente a la población hablante rusa, o sea, étnicamente cercana a Rusia, y tiene sus problemas democráticos con elecciones cuestionadas y fallas. Pero son solo excusas para la intervención rusa. Igual que
los rusos hablan de desnazificación, a pesar de lo cual, aunque existan elementos neonazis, no es el objetivo político de Rusia, que no es el adalid de los derechos lingüísticos.

–¿Es Rusia una amenaza a la paz de toda Europa o, en cambio, una víctima de los planes occidentales?

-Esto se ve claro en los capítulos que dedico en el libro al desarrollo de la Rusia de los 90. Después de
la caída de la Unión Soviética, Occidente intentó integrar a los países bálticos en el concierto occidental e incluso acercarse a Rusia. En ese periodo se buscó que asimilaran los valores occidentales y la conversión de la Rusia de Yeltsin hacia un sistema más presidencial, más duro, con más autoridad. Un sistema que heredaría Vladimir Putin. Sin embargo, desde entonces la OTAN ha seguido expandiéndose hacia el Este sin dar a Rusia un encaje en su nuevo concierto. Cada vez que había una aproximación, especialmente en las fronteras ex soviéticas como Georgia o el caso de Ucrania de 2014, o se ha producido la promoción de gobiernos más pro occidentales en Bielorrusia o en Moldavia, Rusia se ha sentido amenazada y ha buscado una zona de amortiguación en torno a sus fronteras. Frente a esto, hemos pasado de una Rusia tomando decisiones reactivas a una Rusia ofensiva, que es la que ha decidido lanzar una invasión antes de que fuera Ucrania la que se la lanzara contra el Donbass, como pasó en 2014.

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–La invasión iba para unos días, según los analistas, pero ya lleva más de un mes. ¿Qué ha ocurrido?

–El plan era lanzar una invasión rápida, no necesariamente para ocupar el territorio, porque sabían que eso podía provocar contestación, sino para hacer que cayera el gobierno de Kiev y pudieran instalar uno nuevo con el que negociar un arreglo político de verdad, ya que estas autoridades no querían aplicar el acuerdo de Minsk. La cuestión es que este plan ha fracasado porque el gobierno ha resistido el asedio y tampoco han caído las grandes ciudades. El caso es que ahora Rusia ha apostado por una reorganización de sus fuerzas en torno al Donbass, porque es donde tiene un mayor grueso de tropas y donde pretende embolsar a Ucrania. Más tarde, se verá si los objetivos militares vuelven a plantearse marchar sobre Kiev. No creo que esto se termine limitando a una guerra por el Donbass, dadas las dimensiones de las sanciones y de la ruptura con Occidente…

«La cuestión es que este primer plan ha fracasado porque el gobierno no ha caído, ha resistido el asedio y tampoco han caído las grandes ciudades»

–¿Cuáles son las causas del desastre ruso en el norte de Kiev?

–Se buscaba una rendición rápida mediante el asedio y el lanzamiento desorganizado de los militares a las grandes ciudades, pero cuando esto fracasó han tenido que buscar alternativas. En un país tan grande, a nivel militar tener cuatro frentes o más, tan dispersos y tan desorganizados, hace muy difícil lograr los objetivos, de modo que lo están concentrando todo en el sur y a partir de ahí a ver si vuelven al norte, una zona a la que
no han renunciado necesariamente.

–¿Crees que el desastre militar ha sido de tanta envergadura?

–Las cifras, como siempre, van a depender mucho del bando que las de. Hay propaganda por ambos lados, y esto se ve no solamente en las pérdidas militares, sino también en las acusaciones mutuas de responsabilidad sobre ciertos ataques. Pero, más allá de eso, el desastre se verá una vez acabe la operación. Si realmente Rusia está renunciando a ciertos objetivos políticos y es capaz de negociar por otros que no eran a priori los principales se podrá hablar de fracaso. La cuestión es que el primer fracaso militar no significa una derrota. La actual reorganización está haciendo de momento que reconduzca sus bajas. Si consiguen de repente avanzar en el Donbass durante estas próximas semanas, pues a lo mejor se puede suavizar la afirmación de que es una derrota.

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Alejandro López Canorea.
Alejandro López Canorea.

–¿Se puede frenar a Rusia solo con sanciones?

–En un capítulo entero del libro hablo de la supuesta soledad de Rusia y de que toda la comunidad internacional está con Ucrania, pero la realidad es que Putin tiene muchos acuerdos con los países de su entorno. No hay que pensar que la comunidad internacional es solo Occidente. Las sanciones han sido durísimas, más de lo que se esperaba. Sin embargo, el efecto disuasorio de las sanciones es a largo plazo, no inmediato. Por lo tanto, una operación militar no la vas a frenar con sanciones y menos si no se tocan elementos claves, como el gas, que repercuten en Europa. De hecho, ya hemos visto como el rublo ya
ha conseguido amortiguar la caída.

–Después de Ucrania, ¿hay peligro de que Rusia invada otros países de esta zona?

–Esto no es mero interés imperialista. Desde luego, hay algunos sectores no mayoritarios de la política rusa que apostarían por recuperar las fronteras tradicionales de lo que consideran la Rusia histórica, pero no es algo que esté ni en la mayoría del imaginario político ruso actual, ni entre las capacidades a corto plazo, porque supondría incrementar aún más la ruptura con Occidente y generar más problemas. Incluso los sucesivos líderes rusos han hablado de cómo respetan la soberanía del resto de repúblicas soviéticas, pero no la de Ucrania, porque ellos no están respetando lo que consideran las otras minorías de su población. Pero más allá de eso reside el hecho de que Rusia no puede ni quiere entrar en una guerra mundial. Por lo tanto, Rusia no va a atacar un país de la OTAN, o al menos esa es la sensación que da escuchándoles.

–¿La guerra o las sanciones tendrán consecuencias graves para Putin?

–No sabemos si se va a ver perjudicado o beneficiado porque depende del final de la guerra.
Vladimir Putin ya estaba casi en el final de su carrera política y lo que tiene que asentar es su transición. Si consigue cerrar el problema ucraniano para Rusia, yo no descarto que eso le pueda beneficiar de cara a sus planes. No obstante, el número de bajas, la imagen que se está dando al no haber logrado el objetivo y el hecho de que los países europeos estén rompiendo sus vínculos con Rusia, así como la dureza de las sanciones, sí que puede afectar negativamente a Putin. Hay que recordar que no todos los líderes que apostaron por el reconocimiento del Donbass estaban a favor de una invasión. Querían dar otro ultimátum a Ucrania… Ahora hay abierto un camino hacia una renovación política general en Rusia, pero todavía no podemos saber exactamente hacia dónde ni en qué tiempos se hará.

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La imagen de Vladimir Putin en una de las protestas contra su invasión.
La imagen de Vladimir Putin en una de las protestas contra su invasión. – AFP

–Usted defiende que Putin aún tiene margen de imponese en el conflicto. ¿Qué puede cambiar el curso?

–Creo que la reorganización militar puede resultar en un avance mayor en el Donbass. Es clave si Rusia consigue avanzar lo suficiente por Nikolaev y Odessa. Depende no tanto del avance ruso, sino de cuantas fuerzas del ejército ucraniano consiga inutilizar. Si toman el puerto de Odessa, el estado ucraniano quedaría en unas circunstancias muy debilitadas y luego Rusia se podría plantear si quiere o no volver a intentar un asalto a Kiev. Rusia puede traducir esos avances aumentando en las negociaciones sus demandas políticas sobre una futura Ucrania sin el territorio del Donbass y Crimea o una Ucrania dividida en dos estados, uno ocupado y otro no. Aparte de que la guerra puede ser muy larga, como demuestra el ejemplo de Siria.

«Es clave si Rusia consigue avanzar lo suficiente por Nikolaev y Odessa»

–¿A quién de los dos le conviene más una guerra larga?

–A Rusia no le conviene que la guerra se dilate mucho, pero tampoco a Ucrania. A los países europeos no les interesa que dure mucho esta guerra, al menos no en estos términos, prefieren reducir un poco la tensión y
las sanciones más duras. A nadie le conviene que la guerra dure tanto. En todo caso, si Rusia cree que le puede beneficiar el momentum y puede paliar los efectos de las sanciones la van a alargar. Hay que recordar que las sanciones, aunque sean más duras, no es algo inesperado o diferente de las ocurridas en 2014. Rusia lleva años preparándose para este escenario y diversificando sus activos, su deuda, sus negocios… Cuando la guerra la lanzas es porque has tenido en cuenta sus consecuencias.

–No sé si Rusia está dando mucha impresión de tener las cosas previstas…

–Ten en cuenta que llevaban un año con el despliegue, desde al menos abril del año pasado. Quisieron dar una oportunidad a Biden a que obligara a Ucrania a cumplir los acuerdos con Rusia, pero la realidad, por mucho que diga Putin, es que EE.UU. no tiene un títere en Kiev. Aunque EE.UU. le dijera al presidente, o Francia y Alemania le pidieran sentarse a negociar, Ucrania tiene su propia idiosincrasia política y no puede comprometerse con un acuerdo que los nacionalistas no iban a aceptar.

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